La Web de ALFONSO ESTUDILLO
  • ARTÍCULOS DE OPINIÓN
    Año 1999

    PROHIBIDO CHINGAR

  • Lo primero que piensa cualquier persona medio sensata es que en esta Casa de Putas están todos locos. Los responsables y “responsablas”, dueños absolutos y totales del cotarro, embolsillan dineros a mantas a costa del pobrecito chingador y encima lo acosan y marginan como si fuese un bicho raro.

    Usted puede ver en las páginas de las mejores revistas, en los periódicos, en los campos de fútbol, en la T.V. y hasta en los autobuses urbanos los grandes anuncios voceando su mercancía: “La Fortuna”, “La Duquesa”, “La Chester”, “La Cubanita”, “La Farias”, etc., aunque, eso sí, cada una de ellas llevando colgado al cuello el cartelito con la celebérrima advertencia: “El joder perjudica seriamente la salud”.

    Usted, que es persona normal, se dice: “Joder, con el cacho negocio que tienen montado con la jodienda y le dicen a la gente que no chinge porque es malo para la salud. Manda huevos tanto anuncio incitando al personal a que le dé al triquitriqui y por otro lado que te digan que vas a coger un sarnazo de no te menees... Estas gentes están locas o tienen la cara de hormigón armado.”

    Hombre, tampoco es así... Lo que ocurre es que hay que conformar a todo el mundo; hay que darle sitio al que le gusta chingar, que son la mayoría (de capitán a paje), y a los que le ponen carita de ascos a todo (virtuosos, pura virtud sin el menor vicio), que son los menos, pero, como estos no joden ni beben ni fuman ni comen nada que no esté bendecido por su amigo el médico y su tío el obispo, pues les fastidia que los demás no sepan comportarse como es debido. Además, piense que los responsables y “responsablas” de tan antiguo y próspero negocio (adivine quienes se reparten acciones y pelas), consecuentes con sus propios principios, no van a desmontar el tinglado con la cantidad de duros que ingresan y la cantidad de gente -putas, chichibobos, chulos, suripantas, palanganeros, correveidiles, celestinos, palafreneros, menegildas, espoliques, postillones, dueñas, madames, chupaculos, señoritos, patrones, barandas, el de arriba, etc.- que comen de la cosa.

    Lo que de verdad manda huevos es que, además, y dentro de la misma Casa, te pongan cartelitos de “Prohibido chingar” por todas partes. Se comprende que hay sitios y ocasiones donde es lógico guardarse las ganas, pero, es que ya te ponen el dichoso cartel hasta a los pies de la cama de la fulana mayor del reino.

    Lo honesto sería que si se permite tanta publicidad y fomento del chingar, que no asusten ni persigan más al pobrecito cliente. O lo otro, que si verdaderamente el chingar produce cáncer en el colodrillo, que corten radicalmente toda publicidad y todo fomento de la cosa.

    Las dos cosas a un tiempo es, precisamente, lo que hacía Pepita “La Pendeja”...







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