La Web de ALFONSO ESTUDILLO
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ARTÍCULOS DE OPINIÓN
Año 1999
ADIÓS, ALICIA, ADIÓS...
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Apenas regresó del baño, sin apenas terminar de secarse, Alicia dejó la toalla sobre la cama y comenzó a contemplarse ante el espejo del armario.
Lo primero que se le vino a la vista fueron los pechos. No dudó de que eran excesivamente grandes y voluminosos, igual que las caderas y las nalgas, íntimas zonas de su cuerpo que también ponían chichas y gorduras
donde no debía haber otra cosa que estilizamiento y gracilidad. ¿Y la cara? Había que ver los mofletes y la insinuante papada que cada día le convertían en un martirio el rato que pasaba perfilándose los ojos y
aplicando el escaso carmín con que disimulaba el sincolor de sus labios. Gorda, estaba gorda, excesivamente gorda... El último mes, entre rellenar curriculums, las cuatro o cinco entrevistas concertadas para tratar
de conseguir trabajo y los mil problemas entre los estudios y Enrique, se había descuidado en demasía.
Había que sacrificarse... A partir de mañana, una tostada para el desayuno y una pera o manzana de almuerzo; de cena nada, y adiós a la cervecita sin alcohol de los viernes. No había más remedio...
Con toda su voluntad puesta en la causa, pasados unos días el espejo le devolvía una imagen algo más amable. Pero aún no se veía bien. Seguía estando gorda...
Cuando ocho días más tarde la madre la encontró desmayada, caída en mitad del pasillo, no perdió un instante en llamar al médico. Éste, tras breve reconocimiento, le dijo que había que trasladarla a Urgencias del
Hospital.
Demasiado tarde... Alicia, dieciocho años de edad, uno setenta y cinco de estatura, treinta y nueve quilos de peso...
Hasta hace muy poco la anorexia se describía como una falta de apetito habitual o transitoria producida, generalmente, por graves formas patológicas. También se contemplaba la anorexia mental, forma grave de la
misma, manifestada en mujeres jóvenes y cuyas causas se debían, por lo general, a traumas emotivos y afectivos.
Hoy en día, la descripción de la anorexia debe quedar más o menos como sigue: Enfermedad contagiosa producida por el virus de los intereses y el mixovirus de la majadería. Ataca con casi total exclusividad a
jovencitas y adolescentes entre los catorce y veinte años. Es de difícil diagnóstico y tratamiento y cursa con graves secuelas psicosomáticas que suelen llevar hasta el exitus a las jóvenes y sufridas pacientes. Se
sabe que el principal agente trasmisor es la televisión, si bien, son también grandes vehículos trasmisores el cine y las revistas de colorines.
El padre de Alicia se pregunta quién mató a su hija. El padre de Alicia no sabe cuánto hijo de puta con corbata pulula por los escenarios, bastidores, páginas, despachos, púlpitos, estrados, meollos y trastiendas de
este puñetero mundo.
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