CONVERSACIONES CON LOS ÁNGELES
O LO DIVINO DE LA COTIDIANIDAD
por Juan Mena
Premiado con el Premio Fundación de La Carolina 1998 y
editado por SeuBa edicioneS, Conversaciones con los ángeles no
es, como su título hace suponer a la ligera, un manual práctico
al uso sobre un misticismo trasnochado, sino, como dice en el
prólogo José Corredor-Matheos: «Lejos de la interpretación
tomística, los ángeles son de muy diversa condición. Aunque, en
ultima instancia, se crea en los ángeles de manera rigurosamente
teológica, en su manifestación poética se juega seriamente con
muy variada clase de ellos».
Ciertamente, los ángeles de Ángeles Cardona, poeta tarraconense,
doctora en Filología románica y licenciada en Filología
germánica, profesora asociada de la Universidad de Navarra
profesionalmente, son casi insólitos en sus apariciones.
Mientras que en la angelería convencional la aparición de un
ángel supone la supresión de lo natural, es decir, que la
potencia o la irradiación del ángel se sobrepone a la naturaleza
en este libro, los ángeles se sirven de ella, juegan con ella y
se entre mezclan con las potencias naturales, ya que la
naturaleza es una; ahora bien, la autora no cae en panteísmo,
sino que considera que todo es huella de Dios, pensamiento, por
cierto, muy de la mística sufí, de la que el libro es
espiritualmente deudor. Esto no quiere insinuar que
Conversaciones con los ángeles tenga connotaciones iniciáticas;
todo lo contrario: el libro se muestra como una experiencia
cotidiana entre la naturaleza convencional -el mar, las rocas,
los colores, la tormenta, árboles gigantes...- y la ciudad,
concretamente el duro asfalto, la estrecha calleja, el puerto
donde hay ángeles con manos encallecidas y pies sudados.
Puede sorprender a quienes están familiarizados con una visión
invisible y resplandeciente de los ángeles el hecho de que la
poeta autora de este libro los considere como representaciones
de las más nobles facultades humanas:
¿Qué queréis decirme, ángeles,
hablando entre dientes,
qué queréis decirme,
con tanto misterio,
que no pueda oíros?
¿Quién os ha enviado a la glorieta
en vuelo indeciso?
Sólo os he pedido, ángeles,
un sueño tranquilo.
¡No me despertéis
aunque habléis a gritos!
Que el propósito de Ángeles Cardona es humanizar la idea que
hasta ahora hemos tenido de los seres angélicos está bien
claro.
Como dice Corredor-Matheos en su palabras introductorias: «Su
objetivo era muy ambicioso y raramente tratado en la actualidad,
toda vez que no se trata de una religiosidad al uso».