«Hoy, al cabo de un ancho tiempo
del sureño que fue visto sin compás;
me adentro en el abandono de una vía
para poder resistir el paso y el peso
de la luz pensadora, turbia de sueños.
Hoy, negado cuartelillo y fusil
me preciso sonrisas para vivir;
cosido al bostezo por mera casualidad
enredado mi humor casi sostenido
con amores en constante parecido.
Abandero las manchas que luzco
como receptivo adoro los nuevos días;
afirmando la sordera a mil comentarios
expulso minuto a minuto amor y humor
ambiguas necesidades en un saco sin coser.
Ambas hermanas se quieren y parecen mucho
yo reparto gratis su contaminación
sin importarme nada el humo que se ve.
HUELLAS
Que no te deseo riquezas ni oropeles
tampoco delirio de grandezas,
pero sí que transmitas soplos de alivio
a los corazones angustiados, rotos,
cansados de sombras y desatinos
para que las sonrisas no cobren recibos,
así tu pasar irá dejando huellas de ángel
y que esas mismas pisadas te acompañen.