Engendraría soles y vientos sedientos
que saciaran en tus pechos
su intensa sed de movimientos.
Engendraría una mar de olas bravías
para llenar de inmensidad los ojos ciegos.
Engendraría árboles de cien ramas
donde al amanecer mil pájaros se amaran.
Engendraría estrella luminosa
para con ella dialogar de mis dolencias.
Engendraría una flor soñadora
con tu cuerno, con tu pelo,
sus ojos y su boca.
Engendraría poeta vagabundo
que errara por luminosos senderos.
Engendraría hijos libres
que caminaran sin rumbo fijo.Engendremos la luz,
que me libere de sombras,
oscuridades y soledades.
Engendremos la luz,
la libertad, el movimiento,
la inmensidad y el amor,
a un mismo tiempo.
XXVI
Alguien desea que la voz del poeta se hunda
en una inmensa fosa donde poco a poco se pudra.
Pero la voz del poeta no se deja enterrar.
Huye gritando a sus verdugos hirientes metáforas.
Ríe el poeta cuando canta al amor,
a la naturaleza, a la belleza plena.
Llora el poeta cuando denuncia
el egoísmo y la explotación.
Nunca se extinguirá la voz del poeta,
nació con el primer hombre, morirá con el último.
Siempre habrá un poeta que cante
al amor, a la vida, a la injusticia y a la muerte.
Aquí, allí, en cualquier lugar,
la voz de un poeta aquietará al aire
y barrerá todas las nubes oscuras.