Comparar es la acción que nos permite percibir las semejanzas
o diferencias existentes entre dos o más elementos. La
comparación, lejos del conocido dicho de que “todas las
comparaciones son odiosas”, desempeña un papel esencial en el
conocimiento, principalmente en la lógica del juicio.
Comenzaré hablándoles de la Cuqui, una de las prostitutas de
lujo que conozco.
La Cuqui, que cuando comenzó su carrera de puta lo hizo al
amparo y como pertenencia exclusiva del señor marqués de las
Quimbambas, se reparte ahora en gracias y favores entre unos
pocos privilegiados. A saber, el mismo marqués de las Quimbambas
-tan inmoderado como en sus locos años juveniles-, un par de
adinerados hombres de negocios -prestamistas por más señas- y
unos cuantos clientes ocasionales que siempre salen con las
manos en las cabeza por cuanto no es tanta las satisfacciones
obtenidas en cuanto al pastón empleado.
La Cuqui -con motivo de Hacienda- sumó los números apuntados en
su libreta durante el pasado año y, aunque vio que la cifra
final se expresaba con un montón de ceros, decidió que era bueno
rebajar costes y aumentar beneficios. Lo último, sin problemas:
bastaba con aumentar el importe del “salto”. Menudos viciosos
eran los jambos como para prescindir de sus ardores por un
quítame allá unas pelas... Y en cuanto a reducir costes: los
tres taxistas que le prestaban servicios para sus
desplazamientos, a hacer gárgaras; que los interfectos vengan o
les manden su coche para recogerla. Y del servicio, la doncella
cincuentona, cada día más torpe para servir las copas y demás
zarandajas, a la puta calle, que entre sueldo y seguridad social
le mete a los números un bocado de varios millones.
Así es la Cuqui...
Tabacalera, monopolio del Estado durante años y ahora
privatizada para más de lo mismo (Estado/Banca/amiguetes), tuvo
Junta General de Accionistas el 29 de junio pasado. Según su
director, el ejercicio de 1998 arroja unos beneficios netos de
23.505 millones de Ptas. -un 36% más que el anterior-. Entre sus
metas: conseguir aumentar los beneficios a 47.000 millones de
Ptas. en un par de años. Forma de conseguirlo: un nuevo
expediente de regulación de empleo (el cuarto en seis años) para
echar a la calle a unos 1.500 trabajadores de 50 o más años; el
cierre de algunos centros y la introducción de nueva maquinaria
para eliminar mano de obra. Por último, aumentar la
productividad, reducir más los costes de aprovisionamiento y que
el Gobierno autorice nuevas subidas del precio del tabaco.
Lo dejamos aquí, pero, si lo desean, en el próximo episodio les
sigo hablando de la Cuqui, de los hijos de la Cuqui y de la
herencia genética...