Rincón de la Poesía
IN MEMORIAM Al padre, Joaquín Mª Carretero, donde quiera que esté. Se te paró tu carro, Carretero. Se quebraron sus ejes de cristales; se rompieron sus ruedas, sus varales, sus ansias de seguir por el sendero. Tú eras, Joaquín, de carne, no de acero. Bebías tu sed creando manantiales, pescabas en el mar de los trigales y orillabas la orilla del estero. Tú conocías los bordes de tu herida y sabías que la barca de tu vida aproaba a una eterna singladura... Y entonces viste al tiempo más pequeño, y al querer ser más fuerte en el empeño se te rompió tu carro en la aventura.
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