En aquel país norteño decidieron erradicar totalmente a los
lobos para preservar la cabaña de cérvidos, animales a los que,
por su cada vez menor número, ya habían tenido que declarar
especie protegida. Eliminados los predadores, en unos pocos años
se pudo comprobar que los rumiantes crecían a buen ritmo y el
número de individuos se multiplicaba de forma positiva.
Pero, pasados unos años más, comenzaron los problemas. A saber:
a) Montes y bosques se hacían insuficientes y los rumiantes
buscaban comida en huertas y sembrados.
b) El gran número de individuos de edad avanzada propició que se
vieran afectados por diversas enfermedades.
c) Al haber un mayor número de hembras y menos competencias
entre machos, éstas eran montadas por individuos más débiles y
de mayor edad, con lo que la especie comenzó a debilitarse y a
degenerar.
Advertidas de la nueva problemática, las autoridades decidieron
que la única solución era retornar a los lobos. Estos, en su
necesidad de alimentarse, eliminaban a los individuos
enfermizos, débiles o de mayor edad, con lo que mantenían una
población de individuos jóvenes, sanos y vigorosos.
Y ésta es la cuestión... No dudo de que las leyes naturales son
necesarias para la continuidad de la vida, pero también es obvio
que espantan por su crueldad.
Comprendo que las jaurías de lobos persigan, den caza y eliminen
a aquel cervato que nació con las patas tullidas, o a aquel
rezagado de veinticuatro puntas al que los años ya no le
permiten correr, pero... ¿es esto extrapolable a los humanos?
Comprendo la gran carga que supone para la sociedad mantener a
los no productores, es decir, a enfermos, tullidos, viejos...
pero, ¿acaso no son muchos más los que trabajan y producen como
para colmar toda necesidad de los que no pueden hacerlo? ¿Es
justo mermar las posibilidades de curación o mejora de los
enfermos con mil y una trabas (léase “listas de espera”, “medicamentazo”,
etc.)? ¿Es lógico que los viejos, los jubilados, las viudas, los
más débiles y de menos recursos, hayan de conformarse con las
míseras y requeteesquilmadas pensiones asignadas por los mismos
que se autoasignan sueldos millonarios?
Una mínima reflexión nos lleva a la conclusión de que al
Gobierno/Banca no le interesa mantener a esa parte de la
sociedad. De ahí la negación continua a toda mejora.
Aducen mil y una argucias basadas en precariedades del sistema
de Seguridad Social. ¡Claro, si éste está obsoleto! Renuévenlo.
Piérdanle el miedo y péguenle un recorte a los multimillonarios
beneficios de la Banca y empresas de su propiedad (toda o casi
toda empresa rentable de este país).
Tendrían medios suficientes para poner justicia donde no la hay.
Es necesario. En este país hay sueltos demasiados lobos...