Todo mentira. Tú sabes que todo es mentira, pura invención.
Han inventado la historia para hundirme. Como si yo fuese
alguien importante del que sacar provecho.
Ya ves, tan poca cosa y se ceban en mí. Como pulpos, con sus
tentáculos envenenados. Para asentar el veneno en mis venas.
Todo mentira, García. Tú la conoces. Tan ella, tan seriota, tan
de su casa. ¿De dónde sacan ahora las acusaciones? Ellos sí son
de la manga ancha, de tragaderas impresionantes y señalan con un
dedo las debilidades ajenas. Como pulpos, García. Te digo que
como pulpos, y perdona la repetición, sin importarles ni la
verdad, soñando sólo con el placer de la venganza, que otra cosa
no es. Como si tuviesen que practicar un castigo. Malpenados
ellos, todos ellos, que acusan sin justificación, sólo por
maldad.
Te digo que lo estoy pensando, García. Hace días que no duermo,
dale que dale a la idea. Barrunto historias, situaciones
extrañas, extravíos, como te cuento. Como si yo hubiese perdido
el sendero, como si ya no fuese un hombre cuerdo. Un hombre
sensato, como siempre he sido. Un hombre sensato, con un poco de
locura.
Inventadnos revanchas, buscando las cosas. Para huir de aquí
dando sangre a la sangre. Para huir del oprobio y de la
vergüenza.
Porque todo son rencores, inventos de malnacidos, algo con que
se vengan de una mujer inocente. De vengarse por el desdén que
mi mujer les muestra. Eso, ahí les duele, y porque les duele
empezaron a correr la voz de unas infidelidades que nunca han
sido. Que si esto. Que si aquello. Y así poco a poco ha ido
creciendo la infamia, haciendo un globo de aire, un globo pronto
a explotar, un globo de aire que ha de salpicarnos y que llena
de dudas y de horror su honra y mi honor. Cosas así, que siempre
ocurrieron, envidias de la alegría ajena. De mi alegría de
siempre.
Sin dudas, García. ¿Qué dudas puedo tener de su fidelidad? Los
años te ofrecen dudas pero también te ofrecen seguridad. Yo no
puedo dudar. No puedo creer en estas palabras de cuatro
envidiosos.
Por eso no duermo. Días y días sin poder dormir, asustado del
gusanillo de mi venganza. Y si tomo la pistola que me entregaron
para salvar este honor sé que no voy a utilizarla. Tan seguro
estoy de que todo es pura mentira. Porque ella me es fiel, y no
voy a vengarme en su carne un pecado que no ha cometido.
Y como todo ha sido una patraña y eso del honor del soldado y
del cuartel es pura fantasía, me temo que el disparo irá para
los que, con sus mentiras, han roto mi tranquila existencia.