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El
23 de septiembre de 1751 Jorge Juan es nombrado capitán de la
Real Compañía de Guardias Marinas de Cádiz.
En 1753 presenta al marqués de la Ensenada, a la sazón ministro
de Fernando VI, la sugerencia de instalar en dicha ciudad un
observatorio astronómico que sirviera para fomentar el estudio
de esta ciencia entre los cadetes de la Academia de Guardias
Marinas.
El marqués autoriza la iniciativa y, con la colaboración de Luis
Godín Chacón, Jorge Juan funda el Real Observatorio de Cádiz,
que es emplazado en el torreón del castillo de la villa,
comúnmente conocido como Castillo Viejo o de la Pólvora. El
cargo de director del centro era anexo al de capitán de la Real
Compañía.
El Observatorio se hallaba a cargo de oficiales de la Armada que
a su vez eran profesores de la Academia y en aquellos momentos
atendían a las necesidades científicas de la época.
Jorge Juan cesa en 1767, al ser nombrado embajador en Marruecos.
Le sustituye Vicente Tofiño el 6 de agosto de l768. Éste sería
el hombre que formaría a Julián Ortiz-Canelas. El mismo
Ortiz-Canelas diría: «Desde que nací, y cuando tuve fuerzas
corporales, empecé a manejar los telescopios, siempre al lado de
D. Vicente Tofiño».
Por Real Decreto de 1 de mayo de 1783 se nombran oficiales
fijos, procedentes del Cuerpo General, que han de iniciarse en
la teoría y práctica de la Astronomía a las órdenes de Tofiño, a
los alféreces de navío José Espinosa Tello, Luis María de
Salazar y Alejandro Belmonte, y a los alféreces de fragata
Julián Ortiz-Canelas y José Vargas Ponce.
Muchos insignes marinos pasaron por el Observatorio en los
primeros años de su existencia: Francisco Javier Winthuysen,
José Varela, José Mazarredo, Cipriano Vimercati, que a su
trabajo de director uniría la formación de la Oficina de
Efemérides, Alejandro Malaspina, Miguel Gastón, Dionisio Alcalá
Galiano, Cosme Damián Churruca, Manuel Diaz Herrera, Ramón
Blanco, José O'Connock Máximo de la Riva Agüero, Sebastián Pérez
de la Cadena, Juan Vernaci, Juan Caurín, Rodrigo Armesto, José
Ortiz-Canelas (hermano de Julián), entre otros, jalonan varias
etapas de intensos trabajos en la historia del Centro.
Tras estos oficiales de Marina, dedicados a las tareas
astronómicas, llegamos a la fecha de 9 de septiembre de 1798, en
que se dispuso la separación de la dirección de la Academia de
la del Observatorio; sin embargo, éste continuaría dependiendo
del comandante de la Real Compañía de Guardias Marinas hasta el
10 de julio de 1818.
Rodrigo Armesto sustituye a Cipriano Vimercati en la dirección,
y el 29 de octubre de 1798 presenta un plan de tareas que es
aprobado el 28 de noviembre siguiente. A Rodrigo Armesto lo
releva el 5 de octubre de 1801 Julián Ortiz-Canela, quien
dejaría huella en la historia del Observatorio, ya que a su gran
sabiduría unía su infatigable voluntad para lograr la máxima
categoría y dignidad para el establecimiento, como se desprende
sobre todo en la extensa representación que formuló a las Cortes
el 26 de enero de 1821, compuesta de 76 folios.
Hombre modesto, según se desprende de su biografía,
Ortiz-Canelas luchó con gran tesón contra gobernantes y
políticos para que el Observatorio de la Isla de León no
sucumbiese y alcanzase el puesto que le correspondía entre los
centros científicos de la época.
No podemos dejar de mencionar a hombres como José de la Cuesta,
Joaquín Francisco Fidalgo y José Sánchez Cerquero, entre otros,
que colaboraron con Ortiz-Canelas, supliéndoles durante sus
ausencias y secundándolo en la inagotable tarea de defender la
permanencia del Observatorio en el Departamento Marítimo de
Cádiz.
Julián Ortiz-Canelas y Mola era hijo de Tomás Ortiz-Canelas de
la Torre, natural de Málaga, capitán de Infantería reformado
(situación parecida a la actual de excedencia), maestro de
Fortificación y Dibujo de la Compañía de Guardias Marinas de
Cádiz, y de doña Gertrudis Mola y Estelle, natural de Cádiz.
También gaditano, Julián, nacido en 1767, era el mayor de los
cinco hermanos; José, nacido en 1769; Ramón en 1772; Lorenzo en
1773 y Miguel en 1774.
Tomás Ortiz-Canelas, padre de Julián, trazó uno de los planos
que describían los tres pisos de la casa destinada a Academia de
Guardias Marinas en la Isla de León, conocida como «Casa de la
Reina» o «Casa del Sacramento». Dicho plano se conserva en el
Archivo de Simancas con el resto de la documentación referente a
esta finca.
Julián Ortiz-Canelas diría más adelante en la exposición que
formuló a las Cortes sobre la confección del almanaque civil:
«Quizá soy el único que se puede llamar hijo de la Astronomía en
España. En mi niñez todavía observé la aparición y ocultación
del anillo de Saturno, y por fenómeno tan delicado comencé mi
práctica y aprendizaje de astrónomo. Son ya corridos cuarenta
años de semejante ocupación -esto lo escribía en 1821-, los
veinte con aquel general tan sabio y vigilante maestro que era
don Vicente Tofiño. Desde 1783 aquella afición fue un deber,
pues hecha la paz se me destinó al Observatorio, entonces en
Cádiz, con otros oficiales subalternos para ejercitar las
observaciones astronómicas bajo la enseñanza de aquel mismo
jefe. Duchos en las más necesarias y en el manejo de los
principales instrumentos, nos empleamos en construir el atlas
hidrográfico, en cuya vasta y gloriosa empresa me ocupé desde la
primera salida al mar hasta, tener concluidas las costas de la
península y sus islas, la correspondiente de África y Terceras».
Para ingresar en la Armada como guardiamarina se exigía en
aquella época prueba de nobleza. Los que no la poseían
ingresaban como aventureros. La de los hermanos Ortiz-Canelas
procedía de sus cuatro abuelos, por provisión de hidalguía de la
Cancillería de Granada, que tuvieron que acreditar para servir
como guardiamarinas. Julián fue recibido en la Academia de Cádiz
el 20 de julio de 1780. Le seguirían José el 7 de abril de 1785,
Ramón el 5 de mayo de 1788, Lorenzo el 19 de febrero de 1789 y
Miguel el 1 de julio de 1790.
En la Hoja de Servicios de Julián Ortiz-Canelas se puede leer:
«En un curso aprueba las materias elementales. El 3 de agosto de
1781 embarca en la fragata Santa Perpetua y en la guerra contra
Inglaterra, zarpa de Cádiz permaneciendo ocho días en la boca O.
del estrecho de Gibraltar y más de tres meses actuando de corso
sobre las islas Terceras. En el mismo buque, y en la escuadra
mandada por el teniente general don Luis de Córdova, continuando
en la guerra, cruzó durante cuarenta días frente a los cabos de
San Vicente y Santa María, regresando a Cádiz.
En la misma fragata, aún en guerra, zarpó de Cádiz el 16 de
febrero de 1782, efectuando un crucero de treinta y cuatro días
en la boca O. del estrecho de Gibraltar, retornando después al
puerto de salida. El 22 de marzo volvió a hacer el mismo crucero
con las fragatas Nuestra Señora del Carmen y Nuestra Señora de
la Asunción, volviendo a Cádiz, pues había quedado desarbolada
la fragata de los palos mayor y trinquete. Una vez reparada, y
todavía en guerra, volvió a la mar el 3 de junio, formando parte
de la escuadra del teniente general don Luis de Córdova, que
combinada con la francesa hizo campaña en el golfo de Gascuña y
canales de la Mancha e Irlanda en persecución de la flota
enemiga, regresando a Cádiz a los tres meses de navegación.
El 8 de septiembre siguiente zarpó con la misma fragata y
escuadra para auxiliar en Algeciras a los defensores que eran
atacados por baterías flotantes, empleándose su fragata en
hostilizar con las fuerzas sutiles, en cruceros sobre Punta
Europa con vientos de la parte E. y en el Apostadero de Punta
Carnero con los del O., habiendo naufragado en la costa con el
huracán que se desató el 10 de octubre; actuó en el feliz
salvamento de la fragata, su delicada recorrida en Algeciras y
su peligrosa navegación a Cádiz. En dicho puerto fue
transbordado al navío Santa Isabel el 15 de diciembre de 1782. A
los cinco días de permanencia en el buque fue ascendido a
alférez de fragata, permaneciendo en el navío hasta el final de
la guerra contra Inglaterra, el 20 de abril de 1783.
Comisionado en jefe el 1 de julio de 1783 a levantar las cartas
marítimas de la península de España e islas adyacentes (que se
extendió después a la costa correspondiente de África e islas
Terceras), fue destinado para esa vasta obra; empleándose en las
seis campañas de mar que se hicieron con ese objeto, la mayor
parte de los viajes por tierra en la costa, en comisiones para
el reconocimiento de puertos y en Madrid para la publicación del
atlas. Para las campañas de estas tareas fue destinado a las
fragatas La Magdalena, Santa Lucía, Nuestra Señora de Loreto,
Nuestra Señora de los Dolores, Santa Perpetua y bergantín Vivo,
en el periodo comprendido entre el 1 de julio de 1783 y el 5 de
septiembre de 1788. Desde el 15 de noviembre de 1784 era alférez
de navío. En la fragata Santa Lucía, bajó desde Cádiz a Mogador,
que conducía al enviado a Marruecos D. Francisco Salinas, así
como un corso contra argelinos en el cabo San Vicente. El 28 de
abril de 1787 asciende a teniente de fragata».
A principios de 1789 vuelve al Observatorio de Cádiz, donde
coincide con su hermano José, que era alférez de fragata.
(Continúa en el próximo número)
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