Hoy primavera verde, verde,
y heno serpenteante en derredor.
¡Cuántas primaveras sin tenerte
y cuántos otoños de dolor!
Sí, hoy llegó la primavera
que encierra un mundo de ilusión,
así, cuando miro el verde, verde,
en él creo ver tu resplandor.
Y eran tus ojos verdes, verdes,
como un limonero sin su flor,
como una vereda que se pierde,
o tal vez como un río soñador.
Y ahora, ¿cómo son tus ojos verdes?,
quizás ya no tengan el color
que hacía que mirara la vereda,
que verde se volvió del esplendor.
Por más que miro no veo verde,
ni tienes esa chispa de candor,
tus ojos, pardos se tornaron,
en ese tu otoño de aflicción.