![]() |
Portada gral. | Staff | Números anteriores | Índice total 2000 | ¿Qué es Arena y Cal? | Suscripción | Enlaces |
Al
regresar de Inglaterra se detiene en Madrid, donde tiene ocasión
de observar el eclipse del 18 de noviembre de 1816, en unión del
capitán de fragata don Felipe Bauzá Cañas, el cual el 29 de
agosto de 1797, siendo teniente de fragata, había sido encargado
de crear la Dirección de Hidrografía.
En Madrid había solicitado el retiro debido a su quebrantada
salud. Le contesta Su Majestad que no se lo concedía, pues
necesitaba de sus conocimientos para consolidar el Observatorio
de la Isla de León, al que se incorpora el 21 de abril de 1817.
A la petición de retiro había unido la del ascenso a brigadier,
ofreciendo, si éste se le concedía, continuar en el puesto de
director siempre y cuando se dotara al Observatorio de una
organización que convirtiera al centro en uno de los mejores de
Europa. Sin embargo, ninguna de sus dos peticiones prosperó, ya
que fue autorizado a presentar sus planes de organización, y en
cuanto al ascenso sólo recibió vagas promesas que no se
cumplieron.
El 26 de junio de 1817 presenta su plan de gobierno y
administración para el centro, que fue aprobado el 10 de julio
de 1818. En su artículo primero establece la independencia del
Observatorio de cualquier autoridad que no fuese la del Rey, a
través del ministro de Marina. Los oficiales subalternos serían
nombrados por éste a propuesta del director del centro. Este
plan de gobierno correspondía a un plan de mejora del
establecimiento que se le había encomendado y cuyo plazo
finalizó en junio de 1817. Existen referencias de haber
encomendado Ortiz-Canelas a don José de la Cuesta la observación
de varias ocultaciones por este tiempo.
Las observaciones estaban a cargo del director, quien distribuía
entre sus subordinados las tareas correspondientes. La
publicación se efectuaba por contrato con un librero, pues la
imprenta se cerraría vendiéndose los útiles, a excepción de los
caracteres facultativos, que serían entregados a su justo precio
al mismo librero con quien se contratase la publicación de los
trabajos del centro.
Las propuestas de Ortiz-Canelas tendían a definir el
Observatorio más conveniente para cubrir las necesidades
científicas españolas de la época, teniendo en cuenta nuestra
precaria economía. Se referían tanto al lugar ideal para el
Observatorio como a las disposiciones a adoptar para el mejor
aprovechamiento del potencial humano existente.
Proponía, en consecuencia, el tipo de instrumentos a utilizar;
entre otros se indicaba un anteojo meridiano con el que se
determinarían las ascensiones rectas de los astros, mientras que
las declinaciones se obtendrían con mayor precisión al paso de
éstos por el meridiano en un mural de seis pies de radio, a
encargar al afamado artista inglés Juan Bird. Estos dos
instrumentos han sido recuperados hace algunos años.
Habrían de efectuarse también obras de reparación de los
aparatos existentes. Con objeto de que los muros proporcionasen
gran estabilidad a los nuevos aparatos que se iban a instalar,
habría previamente que realizar obras para su fortalecimiento.
Se proponía, además, la disolución de obradores de instrumentos
y de relojería. Los empleados de aquél pasarían al arsenal, y
para la limpieza y conservación de los aparatos del Observatorio
se pediría al obrador de instrumentos de aquél un obrero
capacitado siempre que fuese necesario. En cuanto al relojero se
trasladaría al Observatorio de Madrid.
En lo referente a la formación, impresión y despacho del
almanaque civil de las provincias españolas y posesiones en
África, que el 26 de septiembre de 1811 se había concedido en
privilegio exclusivo, confirmado en 3 de junio de 1814 al
Observatorio, éste continuaba encargado de su elaboración, pero
su impresión y venta se haría por subasta en cada una de las
provincias. En la Gaceta de 7 de noviembre de 1820 se publicó la
orden de traslado de este privilegio a Madrid.
Sobre este particular es muy interesante la representación que
elevó Ortiz-Canelas al Congreso. La redactó el 26 de enero de
1821 y era muy extensa. Se compone de 76 folios, incluidos
copias de escritos anexos, y es de sumo interés, pues de su
contenido se desprende el tesón y enorme tarea desarrollada por
Ortiz-Canelas durante el tiempo que desempeñó la dirección del
establecimiento, así como sus criterios en relación con los
problemas de la Astronomía española de la época y con los que
entonces planteaba la organización del Observatorio de San
Fernando, lo que proporciona un valioso testimonio para la
historia del centro.
Como consecuencia de esta exposición de Ortiz-Canelas, en la que
se llegó a cuestionarse el traslado del Observatorio a Madrid,
el 13 de noviembre de 1823 fue devuelto al Observatorio el
privilegio de la confección del almanaque civil, cuando regía el
centro el sucesor de Ortiz-Canelas, Sánchez Cerquero.
El 27 de mayo de 1846 se dictan unas normas del entonces
ministro de Marina don Francisco Armero y F. de Peñaranda,
determinando las obligaciones del director del establecimiento y
de las autoridades provinciales, así como de los derechos y
obligaciones de los subastadores.
Un Real Decreto de 26 de agosto de 1819 señalaba la campaña en
Francia de Ortiz-Canelas, de tres años, ocho meses y trece días,
como abono de tiempo de servicio. Otro de 20 de diciembre de
1820 le concedía la cruz y placa de San Hermenegildo. Durante su
permanencia en Inglaterra y Francia para restablecimiento de su
salud disfrutó del sueldo íntegro, y como hemos dicho
anteriormente, visitó arsenales y observatorios como el de
Greenwich. En el informe que se elevó al ministro de Marina
cuando solícito el retiro y el ascenso a brigadier se decía
entre otras cosas: «El retiro seria justo concedérselo, pues sus
trabajos acelerarían su muerte, pero su mal no es de tal
gravedad para no asumir del todo sus tareas. Sería un testimonio
publico del aprecio que merece el sacrificio de su salud. El
ascenso a brigadier se considera desproporcionado a su
antigüedad, aunque pudiera otorgárselo al pasar a retiro, pero
con sueldo de capitán de navío». La petición de ascenso le seria
denegada el 18 de marzo de 1817 por no considerarse oportuna. No
se ha encontrado constancia de que ni aun con carácter
honorífico se le ascendiese.
El 9 de noviembre de 1821 cesa en el cargo. Le sustituye don
José Sánchez Cerquero, que asumió el puesto con carácter
interino hasta que ascendió a teniente de navío el 14 de julio
de 1825. Sería nombrado director en propiedad el 14 de agosto
siguiente.
Falleció en Cádiz el 19 de julio de 1825. Nueve días después se
celebraron los funerales oficiales en el Convento del Carmen de
dicha ciudad.
Resumen biográfico
La época en que vivió Ortiz-Canelas está llena de
acontecimientos políticos y de empresas bélicas: expedición
contra Argel, guerras contra Inglaterra y Francia, combate de
Cabo San Vicente, invasión francesa, levantamiento de Riego y
entrada del duque de Angulema.
Al objeto de cumplir las condiciones de ascenso, José de la
Cuesta, inferior inmediato de Ortiz-Canelas, desea salir del
Observatorio. Primeramente pidió ser embarcado, alegando haber
cumplido cuatro años de destino fijo, petición que le fue negada
en atención a las útiles tareas que realizaba en el
Observatorio. Después solicita el destino de segundo ayudante,
secretario de la Capitanía General, que a la sazón regía el
teniente general don Pedro Cárdenas Blancardi, destino que se le
confiere el 10 de febrero de 1809, aunque sin desatender su
cometido en el Observatorio. Esta permanencia obligada de José
de la Cuesta en el centro posiblemente no le haría sentirse muy
cómodo con su superior.
Al ser nombrado el brigadier Joaquín Francisco Fidalgo director
interino por ausencia de Ortiz-Canelas, en su exposición de 5 de
agosto de 1813, en la que manifiesta su imposibilidad para
desempeñar el cargo por estimarlo superior a sus fuerzas, debido
al mal estado de su vista y salud afectados por sus muchos
trabajos en la Comisión Hidrográfica, confirma el informe
favorable de Ortiz-Canelas para que el teniente de navío José de
la Cuesta se haga cargo de la dirección del establecimiento,
dada su eficacia y admirable disposición para las tareas
astronómicas.
Ya vimos que la carrera profesional de Julián Ortiz-Canelas como
marino y científico abunda en hechos sobresalientes. Su
contrariedad por cesar en el cargo y, entre otros motivos, el
negársele el ascenso, suscitó opiniones desfavorables. Las
circunstancias negativas sobre su personalidad han influido, sin
duda, en el hecho de que su figura haya sido tanto tiempo
olvidada. Sin embargo, hay que reconocer su valía, su enorme
capacidad de trabajo y su incansable tesón por mantener al
Observatorio en el lugar digno que le correspondía. Muchas de
las normas impuestas durante su mandato, con las naturales
modificaciones, han venido rigiendo hasta nuestros días. Con su
«Representación al Parlamento» del 26 de enero de 1821 muestra
Ortiz-Canelas un temperamento emprendedor y polémico. Constituye
un curioso ejemplo de dialéctica y excelente testimonio
histórico de los primeros años de vida del Observatorio de la
Isla de León.
Es curioso anotar que no se conoce retrato alguno de este marino
sobresaliente.
Pulse la tecla F11 para ver a pantalla completa