Rincón de la Poesía
POEMA DE LA NOVIA Tierra por él repleta y abonada, carne que habrá de ser surco y barbecho. Por la cálida entrega de mi pecho se completa mi vida apresurada. No hablarme de otras cosas, no sé nada. ¡Cómo me pesa este rincón estrecho, y qué mundo infinito bajo un techo tras de la puerta hermética y cerrada! Pasto dorado a un sol. Mi curvatura se iniciará donde su mano pose, donde ponga su pie firme y seguro. ¡Y qué brotar de luces y dulzuras cuando la piedra, por milagro, roce y brote el manantial a su conjuro!
|
Pulse la tecla F11 para ver a pantalla completa