¿Con quién mejor que con tu propia sombra
y en qué razón más fiel que lo perdido?
Aléjate de todo, hermoso olvido,
y de cuanto entre trácalas te nombra.
Desciende a ti, al secreto que te asombra
y hoy, todavía, te es desconocido.
Eres tú mismo, alerta y presentido:
Tu yo fiel bajo símbolos te nombra.
Desde ti, ya sereno y floreciente
de todos los regresos, desengaños,
desalientos abajo, en paz la frente,
verás en el remanso de los años
cómo se vencen lágrimas y engaños
desde la risa: Inteligentemente.
VIVE EL HOMBRE HACINANDO SU ESPERANZA
Vive el hombre hacinando su esperanza
y la ilusión ornando de oropeles,
y lleva a lo más alto sus babeles,
embriagada y nupcial su confianza.
Ignora que el vivir y su asechanza
son como un mar que acuna sus bajeles.
Detrás de la bonanza y de sus mieles,
el temporal y su cruel mudanza.
Pero no olvides que vivir es eso.
Luchar, cantar, amar como un molino,
o bien noria del tiempo sucesiva.
Después de la partida y del regreso,
¿cómo justificar ese destino?
Con amor. Aunque sea a la deriva.