El brillante más apreciado y la mina del simple lápiz que
tenemos sobre la mesa son químicamente la misma sustancia:
carbono. Su única, pero importante diferencia radica en la
ordenación de los átomos.
El diamante es carbono cristalizado en el sistema regular,
transparente, si bien algunos diamantes presentan ligeras
tonalidades. Es la sustancia más dura que se conoce (número 10
de la escala de Mohs). En joyería su valor se aprecia en
quilates (un quilate es igual a 0,205 gramos). En cambio, el
grafito cristaliza en el sistema hexagonal, es blando y untoso
al tacto. Es muy resistente al calor y a la acción de los
reactivos químicos.
El carbono es un cuerpo simple, sólido y metaloide, de número
atómico 6 y masa atómica 12,01, que presenta diversas variedades
alotrópicas, como las cristalinas ya reseñadas, el diamante y el
grafito, constituidas por carbono muy puro. En cuanto al carbono
amorfo, existe mezclado o combinado con diversas impurezas en
los carbones naturales y artificiales. Los vegetales que durante
el período carbonífero quedaron enterrados dieron origen al
carbón llamado hulla. La variedad más antigua se denomina
antracita, y el lignito es posterior a la hulla, siendo la turba
el más reciente de todos, de estructura más blanda y con menos
contenido de carbono.
Por destilación seca de la madera, se obtiene un carbón muy
poroso y muy resistente a la acción del aire y de la humedad,
denominado carbón vegetal. Otra variedad de carbón es el carbón
animal procedente de la destilación de los huesos, que se emplea
para blanquear el azúcar, debido a su poder absorbente. El negro
de humo es un carbón muy puro que proviene de los humos de la
combustión de determinadas sustancias como el alcanfor y se
utiliza en la industria de las tintas.
Un compuesto muy importante del carbono es el dióxido de
carbono, o anhídrido carbónico, que es uno de los constituyentes
del aire. Es un gas incoloro e inodoro; puede licuarse a
temperatura ambiente, y si en este estado se deja fluir en un
saco de tela, parte de él solidifica en forma de una masa
blanca, conocida como nieve carbónica, que sublima a la presión
atmosférica y se utiliza para refrigerar alimentos y helados. El
agua de Vichy así como las aguas «con gas» o seltz son
disoluciones acuosas de este gas a 3-4 atmósferas de presión.
También se utiliza en refrigeración y en la fabricación de
extintores de incendios.
Es conveniente distinguir el óxido del dióxido de carbono. El
primero (Co), o monóxido, se produce por la combustión
incompleta del carbón y a él se deben los casos de asfixia por
estufas y braseros mal encendidos. El segundo, o anhídrido
carbónico (Co2), es también nocivo y se produce en la
respiración de los seres vivos. En la función clorofílica las
plantas lo absorben para sintetizar hidratos de carbono y
desprenden el oxígeno sobrante. Este proceso únicamente se
desarrolla en presencia de la luz solar. Durante la noche se
invierte el proceso, por lo que, ¡ojo!, no es conveniente dormir
en habitaciones cerradas donde haya abundancia de plantas por el
Co2 que expelen.