En Hamburgo se encuentra el primer lugar del mundo en donde se
puede abandonar a los bebés con toda garantía.
En una época ya lejana, cuando una madre, casi siempre soltera,
quería abandonar a su hijo lo arropaba con una toquilla y con
una medalla al cuello para poderlo identificar si venía al caso
lo dejaba en el atrio de una iglesia, justificándose con ella
misma que era lo mejor que podía hacer. Siempre encontraría una
persona buena que lo pudiera adoptar. Así su conciencia quedaba
tranquila
Los tiempos han cambiado y ahora, además de que nacen menos
niños, los que vienen no deseados, la madre que no puede por
diversas causas quedarse con la criatura, quizás por no tener
medios económicos o ser demasiado joven, decide abandonar a su
hijo recién nacido como única solución a su falta de previsión y
ninguna madurez. La contusión de estas mujeres es digna de
lástima; muchas no saben lo que están haciendo y más tarde se
arrepienten, siendo la mayoría de las veces demasiado tarde para
poderlo recuperar. En Suiza se han dado recientemente dos casos
intolerables y monstruosos. Hace menos de diez días que saltó a
la prensa la terrible decisión de una madre recién dada a luz
que, aprovechando que las enfermeras habían terminado su ronda
nocturna, y quizás en un momento de enajenación mental, se
levantó de la cama, cogió al bebe de la cuna y lo tiró por la
ventana en la dependencia de la maternidad de un hospital muy
prestigioso de la ciudad. Sólo se pudo constatar la muerte
instantánea del niño.
El otro, que también ha sucedido al mismo tiempo, fue el de una
criatura recién nacida que los basureros lo encuentran por la
mañana dentro de un contenedor de basura envuelto en plásticos y
ya muerto. No se sabe si murió al caerle encima las innumerables
bolsas de basura o ya estaba muerto cuando la madre lo depositó
allí, quizás para evitar mayores consecuencias.
También en Alemania en esta última época han encontrado varios
niños abandonados en los parques o en servicios públicos, y para
evitar que siga ocurriendo estas atrocidades en Hamburgo, como
consecuencia del constante abandono de bebés recién nacidos, que
la mayoría de las veces mueren por falta de una atención
urgente, han habilitado un lugar abierto al exterior y sin
ninguna vigilancia aparente, confortable y acondicionado, donde
cualquier mujer puede dejar a su hijo con toda la tranquilidad
que le permita su conciencia. Y puede estar segura que unos
minutos más tarde ese niño será recogido y atendido por manos
expertas y profesionales.
La madre tiene diez días para poder reflexionar y recuperar a su
hijo si cambia de parecer. Después de esa fecha perderá todos
sus derechos y el niño pasará por entero a ser parte de esta
asociación. Ésta puede darlo en adopción sin ningún lucro, con
todas las garantías de seguridad y sin que los padres adoptivos
sepan jamás quién es la persona que lo abandonó, por lo que
pueden estar tranquilos que nadie puede venir a reclamarlo nunca
más.