«A las arenas
del abreviado mar, lleguéme un día.»
L. DE GÓNGORA
Al mar pequeño se va
cantando y no
se vuelve más.
Mar abreviado, mar mío,
interno, dulce y amargo,
donde la nave del sueño
tuerce la espuma del cántico.
Al mar pequeño se va
cantando y no
se vuelve más.
Hay en cada corazón
un pequeño y dulce mar.
El que navega en sus sueños
lleva su propio compás.
No hay brisa más limpia y nunca
sabe tan buena la sal
como en esta travesía
de la propia soledad.
¡A vela, casi volando!
¡Las jarcias frente a los vientos,
mi corazón en la punta
del mástil de mi silencio!
(Como peces asustados
se escapan mis pensamientos)
Ya están echadas las redes
y mis manos en acecho...
¡a ver quién me va a impedir
pescar mis propios secretos!
Al mar pequeño se va
cantando y no
se vuelve más.
Gotea un agua de verso.