Barrio de Santa María.
Pañuelo blanco que al aire
lleno de sal y donaire
se columpia en la bahía.
La extraña melancolía
de tus casas soleadas,
va dejando en las calladas
murallas que te vigilan
cuchillos de sol que afilan
tus esquinas encaladas.
2.- Barrio del Pópulo.
Misteriosa encrucijada.
Tres arcos de piedras vivas
encierran voces cautivas
sobre la noche o callada.
¿Qué rumor de marejada
se queda en ti prisionero?
Un rayo de luz postrero
va quedándose hilvanado
en tu silencio apagado,
feliz, hermoso y austero.
3.- Barrio de la Viña.
Barrio de mariscaores.
¡Perfil marino del barrio!
Las olas del mar, rosario
cubierto de resplandores,
en su brisa traen olores
de marisco caletero...
Un niño -caña y sombrero-
marcha cantando alegrías
de inventadas fantasías
y sueños de marinero.
4.- Callejón del Tinte.
Silencio. Por la calleja
pasa el silencio dormido.
Callejón del Tinte, herido,
por el viento que no ceja.
Por el callejón se aleja
la brisa del mar cantando.
Hay silencio. Contrabando
de sal, de luz y de luna...
Callejón del Tinte, cuna,
para dormirse soñando.
5.- La Torre de Tavira.
Elegante arquitectura.
Tu cuerpo blanco se pierde,
buscando una nube verde
de soñada calentura...
¡Torre de fina figura!
¡Torre de fiel simetría!
Torre de gran hidalguía
que, cuando ves un velero,
te pones negro sombrero
-bola negra del vigía-.