Además de ser indispensable para la evitación del escorbuto, e
indicada en otras muchas patologías y trastornos, se sabe que la
vitamina C -o ácido ascórbico- tiene efectos potenciadores de
las defensas del organismo. Es por ello que los laboratorios
farmacéuticos, atendiendo a ciertas patologías para las que no
existen específicos curativos, suelen incluirla y presentarla en
asociaciones con uno o más elementos de efectos paliativos. Los
médicos suelen recetarla, por ejemplo, a pacientes afectados por
el resfriado común; en este caso, en una asociación con
analgésicos, antipiréticos y antihistamínicos o antialérgicos.
Sin duda alguna, la vitamina C es la más popular y conocida de
todas las vitaminas. No es raro encontrar a la amorosa madre
preocupada por sus hijos preparándoles sus zumos de naranja
todos los días, al quinceañero deportista que no fuma ni bebe
alcohol, pero trasiega naranjadas y zumos como vodka un cosaco
de las estepas siberianas, o al vitalista y perspicaz vejete que
ha encontrado en su vaso de zumo de limón recién exprimido todas
las mañanas la panacea para mantener el organismo en orden de
marcha.
Todo el mundo sabe que los cítricos, naranjas, limones, limas,
pomelos, etc., son unos magníficos proveedores de vitamina C y
es por ello por lo que los eligen y consumen; sin embargo, y por
contra de lo que generalmente cree la mayoría, no son estos
frutos los que la contienen en mayor proporción. Esa creencia es
un simple mito -como el de Popeye y las espinacas, que, al
divulgar en sus historietas que éstas contenían gran cantidad de
hierro, creó un fuerte aumento de anemias ferropénicas entre la
población infantil de EE.UU. y otros países-; pero un mito
divulgado en todos los medios, incluido publicaciones médicas o
pseudomédicas, y, por tanto, aceptado y compartido por la
generalidad.
Para su mejor conocimiento, permítanme informarle sobre esta
propiedad en cítricos y otras especies vegetales. Así, mientras
naranjas y limones contienen un promedio de 50 mg. de vitamina C
por cada 100 gramos, el kiwi la posee en 90 mg. por igual peso,
y el pimiento en 100, o sea, el doble este último. Pero el rey,
el vegetal que mas vitamina C contiene, es el perejil,
concretamente 200 mg. por 100 g. Cuatro veces más que naranjas,
limones y demás cítricos.
Para terminar, decirles que los laboratorios farmacéuticos
extraen y sintetizan, de manera casi exclusiva, la vitamina C
del pimiento.
Sigan consumiendo naranjas y limones, pero, si necesitan un
mayor aporte de vitamina C (siempre prescrito por su médico), ya
saben donde encontrarla sin necesidad de pasar por la farmacia.
Coman pimientos fritos, asados o en ensalada, y no olviden un
buen ramo de perejil picadito sobre los lomos de las veraniegas
caballas asadas.