Quiero ver entre las sombras
algo que no puedo ver
en la clara luz del día.
Quiero sentir la quietud
de la vida, su armonía,
el silencio de la noche,
la voz de la serranía.
Quiero que el eco me entregue
su secreto. Que me abrace
con el rumor de los vientos
cuando besa los pinares.
Quiero que mis pensamientos
encuentren la soledad,
la miel de mis sentimientos.
Quiero que las flores huelan,
que los árboles mediten,
que los pájaros dormidos
me transmitan su inocencia.
Quiero escuchar los latidos
de la luna en la montaña.
De la tierra sus sonidos.
Quiero encontrar en la noche,
en la humedad de su suelo
la raíz de mi existencia.
Entre las flores, la luz
que ilumine mi demencia,
y en la arboleda, el amor
que me ofrezca su indulgencia.
Quiero hallar en las entrañas
de mi alma, ese aliento
que mi piel seca acaricia.
Quiero meditar y hablar
del amor y la justicia.
Quiero hallar en el silencio
el misterio y la caricia.
Quiero al fin la libertad
de mi cuerpo y de mi vida.
Ser lucero en las montañas
que circundan mis pesares.
Huir de las alimañas
y en la fuente del amor
sentir que Dios me acompaña.