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Escuela Naval Flotante.

Por Decreto de 10 de septiembre de 1869, siendo ministro de Marina D. Juan Bautista Topete y Carballo, se establece en la fragata Asturias, de pontón en Ferrol, la Escuela Naval Flotante. Las clases se iniciaron el 1 de abril de 1871. La Asturias nombre que se adjudicó a la Princesa de Asturias a partir de la revolución de septiembre de 1868 era un buque de madera de 1.575 toneladas de desplazamiento. Fue su primer director el capitán de navío Victoriano Sánchez Barcáiztegui, que sustituyó al que lo mandaba interinamente desde el comienzo, capitán de fragata José Ruiz Higuero. Los cargos de segundo y tercero correspondían a capitanes de fragata y tenientes de navío de primera clase. El cuadro de profesores lo constituían quince tenientes de navío.

El 5 de febrero de 1874 los Ayuntamientos de Cádiz y San Fernando gestionan el traslado de la Asturias a la bahía gaditana, gestión que no prosperó.

En 1886 dejó de ser buque de primera clase para convertirse en pontón. Quedó con dos cañones, uno de bronce rayado de a ocho y otro González Hontoria de a siete. Contaba con una dotación de ciento setenta y dos hombres.

Antes de establecerse la Escuela Naval Flotante, los guardiamarinas, en virtud de una Real Orden de 16 de octubre de 1860, efectuaban sus estudios y prácticas de mar en el navío Reina Isabel II, que a la vez fue buque-escuela de cabos de cañón y de marinería. Por otra Real Ordén de 24 de mayo de 1863, dejaría de ser buque-escuela de guardiamarinas, por haberse habilitado para ello las fragatas Esperanza, Cortés, Reina Cristina, y las corbetas Trinidad, Santa María y Villa de Bilbao. Desde 1878 los alumnos efectuaban sus prácticas de navegación en las fragatas Blanca, Almansa y Carmen. Posteriormente las realizarían en la fragata blindada Numancia. En 1903 se unifica el mando de la Asturias y Villa de Bilbao, que hasta 1919, en que fue dada de baja. sería escuela de aprendices marineros.

En 1 de septiembre de 1906 ingresaron los quince alumnos de la última promoción que cursarían en la Asturias sus estudios. El 30 de enero de 1907 se suprime hasta nueva orden el ingreso en la Escuela Naval. Nuevas oposiciones no serían convocadas hasta el 1 de febrero de 1913.

La Escuela Naval Flotante tuvo los siguientes directores, todos ellos capitanes de navío: 1871, Victoriano Sánchez Barcáiztegui; 1874, Juan Romero Moreno: 1878. Manuel Caballo Goyos; 1882, Manuel Pasquín Juan; 1886, Marcial Sánchez Barcáiztegui; 1890, Siro Fernández García; 1893, Manuel Mozo Díez-Robles; 1898, Arturo Garin Sociats; 1900, Rafael Cabezas Sarabia. 1904. Julio Meras Una; 1907, Alberto Barreiro Casajús, y 1908, Luis de la Puente Ojuelos.


Ofrecimiento de varias ciudades para el establecimiento de la Escuela Naval.

Por la llamada Ley de Escuadra de 7 de enero de 1908 se determinó la vuelta de la Escuela Naval a San Fernando, quedando disuelta la escuela flotante al ser desarmada la Asturias, por lo que los aspirantes hubieron de adelantar seis meses su viaje de prácticas, que efectuaron en la corbeta Nautilus.

Con posterioridad a la fecha de la ley hubo varios intentos y proyectos de traslado de la Escuela Naval a otras ciudades: Cádiz, Ferrol, Cartagena, Mahón. San Sebastián y algunas otras poblaciones marítimas presentaron ofertas. Ferrol proponía se instalase dentro de su Arsenal y Cádiz proyectaba levantar un nuevo edificio. En algunas de las poblaciones citadas se celebraron sesiones municipales muy polémicas, al tratar sobre el particular. Como dato curioso citaremos que el Ayuntamiento de Mahón, con este motivo, dirigió el siguiente telegrama al presidente del Consejo de Ministros, D. José Canalejas: Ayuntamiento y fuerzas vivas Mahón suplican a V. E. que con arreglo a informe técnico del capitán de navío Miranda, se establezca aquí la Escuela Naval, comprometiéndose a costear gastos edificación local escuela, y suplican demore V. E. resolución establecimiento citado hasta recibir exposición. Pedro Pons Vidal. Alcalde.

La Cámara de Comercio y Navegación ferrolana editó a mediados de 1907 un folleto aduciendo razones que justificaban el establecimiento de la Escuela Naval en aquella ciudad departamental.

El diputado a Cortes D. Luis Gómez trató de contrarrestar las razones expuestas en dicho folleto, alegando que la Escuela debía volver a Cádiz. La bahía, el Arsenal, el Observatorio, el Panteón de Marinos Ilustres y las factorías particulares eran razones sobradas para que los alumnos disfrutasen de más elementos de enseñanza que en Galicia. Las manifestaciones del Sr. Gómez fueron ratificadas por el diputado Sr. Viesca; alcalde de Cádiz, Sr. Martínez de Pinillos; presidente de la Diputación, D. Manuel Calderón; vicepresidente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación, Sr. Segerdahí, y otras autoridades de la provincia. Todos coincidieron en opinar que era conveniente trabajar activamente solicitando la cooperación de la Cámara de Comercio, ayuntamientos y diputaciones andaluzas, al igual que lo había hecho Galicia. A su vez el alcalde de Puerto Real, D. Antonio Segovia Gutiérrez, dirigió telegrama al ministro de Marina, Ferrándiz, que decía: Este Ayuntamiento se asocia al de San Fernando para que la Escuela Naval se establezca en este Departamento, rogando con él a V. E. atienda las aspiraciones de tan sufrida y noble población.

El Sr. Segovia dirigió también oficio al alcalde de San Fernando, D. José María Lazaga Garay, ofreciéndole su concurso en dichas gestiones, así como en las que se efectuaban en Madrid cerca de los diputados de la provincia, para obtener un resultado satisfactorio.

A finales de 1907 la Cámara de Comercio de Cádiz editó un folleto exponiendo las razones por las que la Escuela Naval debía situarse en San Fernando. Al folleto se le dio bastante publicidad y de él se envió un ejemplar a cada miembro del Parlamento.

En 26 de agosto de 1910, el contralmirante D. Enrique Santaló y Sáenz de Tejada, capitán general del Departamento de Cádiz, manifiesta a la prensa el posible establecimiento de la Escuela en el edificio donde radicaba la Capitanía General en la población de San Carlos, por lo que ésta tendría que ser trasladada al inmueble que ocupaba anteriormente en la calle Real de la ciudad.

En 1911 se aceptó el ofrecimiento del Ayuntamiento de San Fernando para el retorno de la Capitanía General. Como consecuencia se expropiaron las viviendas del llamado callejón de la Gloria para su urbanización, empleándose un donativo de cien mil pesetas para instalación y traslado de las oficinas y servicios de la Capitanía General al antiguo edificio de la calle Real, donde permanece en la actualidad. La Marina concedió un crédito para las obras. Con esta medida, que se adoptó por Real Orden de 27 de noviembre de 1911, se dio fin a las discusiones sobre el lugar en que se emplazaría el centro docente naval.

Una Real Orden de 1 de febrero de 1912 aprobada las bases para el establecimiento de la Escuela Naval en San Fernando, en el antiguo edificio del Colegio Naval de la población militar de San Carlos. Se inauguró el nuevo centro el 10 de enero de 1913 siendo ministro de Marina el médico D. Amalio Gimeno, quien había apoyado ardientemente ante el Gobierno la vuelta del centro naval a la ciudad, y quiso presidir los actos oficiales de la inauguración. Llegó el ministro a San Fernando el día anterior de la inauguración siendo recibido apoteósicamente. Por la noche el alcalde, D. Manuel Gómez Rodríguez, le ofreció una cena en el Ayuntamiento, a la que asistieron como principales autoridades el capitán general del Departamento, D. José Pidal y Rebollo, que hasta el 31 de diciembre de 1912 había sido ministro de Marina; comandante general del Arsenal, vicealmirante D. Guillermo Camargo y Abadía. y el jefe del Estado Mayor de la Armada, Marqués de Arellano. A la mañana siguiente, a las 10, se celebró en San Carlos una Misa de campaña y posteriormente tomó posesión del cargo el director del centro, contralmirante D. José María Chacón y Pery.

En 1912 se había publicado el reglamento del nuevo centro, previsto inicialmente sólo para aspirantes, pues los guardiamarinas y alféreces de fragata cursaban sus estudios en el crucero Carlos V, en Ferrol, una vez finalizados los cursos de aspirante. Los alféreces de fragata, al terminar su periodo de prácticas, volvían a la Escuela Naval para efectuar un curso y verificar sus exámenes de fin de carrera. Algunos años más tarde los alumnos realizarían sus prácticas de navegación en los cruceros Cataluña, Reina Regente, Victoria Eugenia y transporte Almirante Lobo. La mencionada disposición de 1 de febrero de 1912 establecía quedasen afectos a la Escuela un crucero de segunda clase, un destructor, un submarino y un torpedero.

(Continúa el próximo número)







 

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