1.
El gallo de la veleta
está acariciando el alba,
el gallo de la veleta
es de hierro y no la canta.
El gallo señala vientos
que arrastran las esperanzas,
el gallo vive la vida
allá en lo alto, acallada.
Pobrezuelo el gallo mudo
en olvido y sin compaña.
¡Ay, madre, como me duele,
como me duele,
ese gallo que es de hierro,
ese gallo que no canta!
2.
Como pinta el trigal, madre,
como lo pinta
esa amapola roja,
como baila con el aire,
como baila
al canto de la cigarra.
No sabe, madre, no sabe
que los segadores vienen
con las hoces afiladas.
¡Ay, madre, como me duele,
como me duele,
que ya va a empezar la siega
y no hay voces ni aldabones
para llamarla!