El más difícil no es el primer beso…
sino el último.
Paul Geraldy
Mi árbol no es nuevo, que ayer se plantara,
que tiene raíces, a la tierra ancladas.
Mis hojas no tienen, color esperanza,
son hojas de otoño que la brisa arrastra.
No juegues subido en su frágil rama,
que puede romperse y sufrir su savia.
Prefiero sentir, tu hacha que tala…
Conviérteme en leños, que le dé calor,
con llamas ardientes, a tu noche helada.
Mejor es SER LEÑA para ser quemada,
antes que ser árbol con ramas tronchadas.
Cuando sean cenizas, que el viento la esparza…
ellas sabrán bien llegar a la playa,
que olas esperan queriendo abrazarlas.
¡Déjame llegar a mi mar soñada!