Toda la soledad, toda, toda acurrucada,
la soledad díscola, discutiendo ella sola.
Toda, se despeina y retuerce desmedida
por aquellos rincones,
siempre esperando.
Esperas al vacío por si llega
cuadriculado de angustias.
¿Qué pasa?
La soledad, ¿dónde está?
Ella no tiene con quien platicar
ni sollozar.
Se disfraza de no se sabe quién
y vaga alrededor de las mareas
cuando se arrastran sin final.
La soledad se viste de negro
en noches sin luna
y desaparece.
Nadie la busca.
Ni su sombra la espera.
En el silencio, a veces, crece
y viene despacito
por la orilla del miedo.
Se asoma a las ventanas de sus ojos vacíos,
sin preguntas, sin respuestas, sin nada que decir,
sin ganas, sin...
La soledad se rodea de silencio y ausencias
para crecer.
Todo le sobra...