He vuelto a escuchar
tu voz de recuerdo,
y en mi oído
a sonado a susurro
de milenio y de hora;
a caricia añorada,
a minuto robado al silencio,
a canción de fondo en el sueño
que vuelve y me nombra.
Hoy tu voz ha sabido
en mi cena
al manjar olvidado
del hambre que sobra.
Ya no hay desperdicios de versos
deambulando por nadie;
vagabundos que a veces
mendigan el viento
y encuentran mi boca.
Cuántas horas perdidas,
cuántas voces calladas
me trae la memoria.
Cuánto amor que no ama
se esconde en el aire
cuando el miedo lo ahorca.
Hoy he vuelto a escuchar
tu voz de recuerdo.
La he traído a mi noche,
encofrada en su eco,
para escucharla a solas...