Rincón de la Poesía
DE LA VIDA MISMA De ti aprendí el amor. No fue sencillo. Tu desnudez me la encontré de pronto y me quedó prendido, como un tonto, soñando mi erotismo de chiquillo. Si digo la verdad era un pardillo, ignoraba esa voz de a dama monto; con vergüenza me dije: Yo lo afronto, pasando así del negro al amarillo. Tus duros pechos fueron en mis manos igual que si tuviera dos maracas moviéndolas con ritmo caribeño... ¿Que fue pecado? No. Somos humanos. Eran los tiempos de las vacas flacas y, para mí, fue aquello como un sueño.
|
Pulse la tecla F11 para ver a pantalla completa