Para verte en mí por ver si te veía
he perdido la visión
de un futuro razonable.
Has ocupado el espacio visual
que contenía
la imagen propia
sin espejos ni añadidos.
Ahora soy un revoltijo de colores.
El cuadro es deprimente;
mis colores con los tuyos se saturan
y sólo se ven grises y marrones.
Me he perdido en tu visión,
se han mezclado
tus pasos con los míos
y lo malo
es que no sé por donde andas.
Delante de mis pies habrá un camino,
uno sólo para mí
que me conduce
a un mañana con mi nombre
escrito en sus umbrales,
pero siempre que lo busco
el siguiente paso se emborrona.
Que fatídico suceso
que al no verte
buscara verte en mí por ver si te veía.