Me aprendo en ti,
en la escuela de tus versos.
Hay algo en tu palabra
que define una verdad
que me conviene,
y me la estudio de memoria
para no perder con formulismos
su esencia cotidiana.
Tu verdad es un lugar
de identidades
en donde objetos y conceptos
se mueven por propia iniciativa;
todo en tu poesía cobra vida
o muere en el intento.
Y en el orden abstracto
de tu mundo
me aprendo de memoria
la tabla de mis signos;
tu palabra es una ciencia
y tu fórmula
los versos que me apuntan.