Tienen las olas del mar,
un sentimiento profundo,
aledaños de su sal,
mecen el amor del mundo.
La mar me mostró su arena,
me calmó con su mirada,
y me acarició las penas,
cuando de mí te olvidabas.
NIÑA DE SEDA
Quizá en el recuerdo estás,
niña de seda,
enlazando tus trenzas
de noche oscura.
Vivos ojos plañan tu cara,
sostienes tu inocencia
junto al álamo.
Adornas con tu risa al viento,
también los campos.
Quizá en el recuerdo estás,
niña de seda.