Tengo una nostalgia trasnochada
llamándome a la puerta.
Me alborota la noche
y ladran todos los perros
que cuidan de mi olvido.
No quiero levantarme y abrir;
me da pereza el llanto
de la vuelta, en el pasillo.
No quiero trasnocharme sin ti;
me quedo en esta otra nostalgia
tan triste,
tan de llanto mudo,
tan de lágrima rebelde,
tan de penosa apatía
que en los brazos se me duerme.
Que se vaya la nostalgia que llama.
Esta noche no me abro.