Matilde
Asensi (Alicante, 1962) es, en la actualidad, una escritora que
asocia su nombre a la calidad literaria y al éxito seguro.
Muchos la comparan con Arturo Pérez- Reverte, el otro creador de
best-seller español, aunque hay diferencias entre los dos: "No
conoce personalmente a Pérez-Reverte (...). Su método de
trabajo, de minuciosa investigación bibliográfica no puede ser
más opuesto al del de Cartagena, amante de pisar el terreno y
mezclarse con la gente que le sirve de inspiración para sus
novelas. Asensi trabaja enclaustrada y con nocturnidad."
Matilde Asensi estudió Periodismo en la Universidad Autónoma de
Barcelona y trabajó tres años en los informativos de Radio
Alicante-Ser. Después pasó a RNE y simultáneo su labor como
corresponsal de la agencia EFE con la responsabilidad de los
informativos locales y regionales para la radio. Del mismo modo
colaboró en periódicos como "La Verdad" e "Información". Desde
1991 desempeñó un puesto de trabajo en el Servicio Valenciano de
Salud.
En cuanto a su quehacer literario fue finalista de los premios
literarios Ciudad de San Sebastián (1995) y Gabriel Miró (1996)
y ganó el primer premio de cuentos en el XV certamen literario
Juan Ortiz del Barco (1996) de San Fernando (Cádiz) y la XVI
edición del Premio de Novela Corta Felipe Trigo (1997) de
Badajoz.
Su primera novela, El Salón de Ámbar (Plaza y Janés, 1999) tuvo
muy buena acogida de público y crítica. Siguió Iacobus (Plaza y
Janés, 2000), El último Catón (Plaza y Janés, 2001) y la
recientísima El origen perdido (Planeta, 2003).
Hasta ahora sus novelas pueden calificarse como históricas, pero
con grandes dosis de intriga y sin descuidar aspectos novedosos
y actuales como es la informática y todas sus posibilidades al
servicio de la literatura. Matilde Asensi es el ejemplo de
escritora que, sin moverse de casa, pero con una investigación
bibliográfica completísima, puede llegar a escribir novelas de
verosimilitud asombrosas. Ella misma dice sorprendida: "¿Cómo se
ha quedado incrustada en la mente de las personas esa idea
romántica de que el escritor ha de ir al sitio para conocerlo?"
Por otra parte, manifiesta un temor rotundo al avión, con lo
cual se complican más las investigaciones en vivo y en directo.
Matilde Asensi nos explica, brevemente, cuál es su método de
trabajo: "Cuando estoy en proceso de escritura, me levanto a las
16.00 o 17.00 porque me acuesto a las 7.00 o a las 8.00. Es una
herencia de cuando trabajaba de administrativa en el turno de
noche del servicio de Urgencias del Hospital de San Juan. Por la
noche, el teléfono no suena, hay silencio absoluto e Internet
funciona más rápido."
El Salón de Ámbar combina las nuevas tecnologías con el robo de
obras artísticas y una aventura bien resuelta. En 1941, en plena
Segunda Guerra Mundial, el ejército nazi saqueó los palacios
zaristas y se llevó, de ellos y de los museos de la Unión
Soviética, obras de arte valiosísimas. Entre las mejores, las
más buscadas y añoradas por el pueblo ruso está el famoso Salón
de Ámbar, una cámara del S. XVIII, construida con ámbar
semitransparente del Báltico. Eso ocurrió en el pasado;
mientras, en el presente, Ana Galdeano, una anticuaria de Ávila,
perteneciente a un grupo internacional de ladrones de obras de
arte, el grupo del Ajedrez, se ve implicada en una aventura, que
se inicia de forma virtual y la acaba llevando a ella, y a su
grupo, al subsuelo de Weimar y al descubrimiento apoteósico de
ese salón que se hallaba oculto, gracias a la pérfida
inteligencia de dos jerarcas nazis. Bien, el salón tendrá un
destino poco claro y la historia acaba, aunque queda abierta al
futuro porque habrá nuevas incursiones del grupo en otras
operaciones. La acción, conforme avanza el relato, cada vez es
más trepidante e intensa. La novela está narrada por la propia
Ana, desde el presente, quien recuerda con total nitidez ese
episodio que a ella, y a otros más, les cambió la vida.
Iacobus es otra novela de corte histórico, pero que se remonta a
la Edad Media, al S. XIV. Concretamente el narrador cierra su
peripecia en el año 1319. Nos habla de la época inmediatamente
posterior al ajusticiamiento del Gran Maestre de la Orden del
Temple. Galcerán de Born, monje de la Orden del Hospital de San
Juan de Jerusalén, nos cuenta en primera persona, cómo su vida
cambió rotundamente al ser enviado por el Papa Juan XXII a
investigar las muertes de Clemente V y el rey de Francia, Felipe
IV, ocurridas de manera poco clara. Galcerán emprende una
aventura llena de obstáculos y de acontecimientos que lo llevan
de Aviñón a París, pasando por el Camino de Santiago, Finisterre
y Portugal. A la manera de un quijote, Galcerán se acompaña por
un joven novicio, García, y tiene la ayuda de Sara, una
hechicera judía con la que acabará implicándose emocionalmente.
Poco a poco va descubriendo que la Orden del Temple, aún
desaparecida, sigue teniendo un poder inmenso. Matilde Asensi
nos deja boquiabiertos ante una sociedad medieval, viva, actual,
absolutamente real.
Es una novela que desvela muchas claves mágicas del Camino de
Santiago, centro no sólo de peregrinación, sino de tramas y de
complots, de magia, de cabalística. Es una novela, en suma,
escrita con poderosa garra literaria que aúna el diálogo ágil
con precisas referencias históricas.
El último Catón, del que se han vendido más de 150.000
ejemplares, es una novela superior que fascina e interesa a
partes iguales. Ottavia Salina, una religiosa paleógrafa, es
requerida por sus superiores para descifrar unas extrañas
señales que han aparecido en el cadáver de un etíope y que
resultan ser los símbolos del Crismón. Junto a la monja, está el
Capitán de la Guardia Suiza Vaticana, Glauser-Roïst y el
profesor Boswell. Los tres empezarán a descifrar los enigmas de
esas marcas, al principio con medios informáticos, después de
manera real. Todo los lleva a los staurofílakes, los que se
consideran los auténticos custodios de la Cruz de Cristo. La
religiosa y los dos hombres emprenden un viaje, no sólo físico,
sino espiritual que les cambiará la vida por completo. Pasan por
siete pruebas basadas en los siete pecados capitales para
resolver el misterio. La habilidad de la autora es que se nutre
de unas fuentes históricas y literarias reales, pero que sabe
dar los toques de magia y de fascinación a una historia que
mezcla intriga con peripecia humana y persona. La doctora Salina
nunca volverá a ser quien era al principio, ya que en el
transcurso de esa peripecia no sólo descubre que procede de una
familia mafiosa sino, lo que es más importante, que se ha
enamorado del profesor. Ella misma, en primera persona, es quien
nos cuenta su propia historia.
El origen perdido es, hasta ahora, su proyecto más ambicioso.
Una misteriosa enfermedad deja en estado vegetativo al hermano
de Arnau Queralt, un hacker y reputado empresario informático de
Barcelona. Arnau comienza a investigar entre los documentos de
su hermano y termina, junto a dos amigos Marc y Lola y Marta,
una profesora de la Universidad (personaje que va evolucionando
a lo largo de la novela de manera clave), implicado en una
aventura más allá de lo esperado. Acaba encontrando la raíz de
esa enfermedad en el aimara, el idioma de los antiguos
pobladores del altiplano andino. Se trasladan a Bolivia y allí
investigan las ruinas de Tiwanacu y la selva amazónica hasta dar
con la clave que podrá volver a su hermano a la vida normal.
La novela es un ejercicio de inteligencia, de lógica, un
prodigio literario que nos asombra ya que Matilde Asensi nos
lleva a lo más hondo del ser humano, al porqué de las palabras,
al porqué de la lengua. Y todo a raíz de la certeza de que aún
hay zonas del planeta que no han sido cartografiadas, que son
verdaderos enigmas. La novela concentra una investigación total
relacionada con el aimara, a los restos incas, a los tocapus, a
la espeleología... en fin, al origen de las palabras y también a
una historia humana en torno a las redes de Internet, al amor, a
la ambición, al desarrollo de la Humanidad. Todo un fresco que
alude a la conquista de América y nos ofrece una nueva mirada,
mucho más limpia y fresca que la que podemos leer en otros
manuales, más doctos, pero no tan intensos como El origen
perdido.
Matilde Asensi, estamos viendo, no desdeña nunca los elementos
de la vida cotidiana (sus personajes comen, hay recetas reales,
tienen necesidades), los sentimientos (suele haber una historia
de amor siempre de fondo) y los une con la investigación
bibliográfica más exhaustiva y un conocimiento de Internet
realmente fascinante al lado de la parte más fantasiosa del ser
humano a la que ella no renuncia. Además, una de las constantes
de su obra es que acude a la primera persona narrativa, lo cual
hace que sean tramas mucho más cercanas, más directas, que
atrapan sin duda al lector.
En suma, hay que estar atentos a la siguiente obra de esta
autora alicantina que dice de ella misma: "Yo tengo una cabeza
muy analítica, no me creo casi nada a priori, pero llega un
momento en que dices: ¡Qué vida tan sosa!... Por eso necesitamos
la fantasía. Nos ha costado tantos años quitarnos el lastre de
la superstición que ahora miramos todo lo que no sea racional
con mucha prevención, pero un poco de magia en los ojos no nos
vendría mal"