A esta simiente espiritual la llamamos
también centella vivificada por el Logos,
pupila del ojo, grano de mostaza, levadura...
Clemente Alejandrino (Teódoto, Extract...)
Chispa mía que saltas solamente
cuando en mi yunque tu dolor destella,
y eres entonces memorial y huella
de una mano decrépita e indigente.
Chispa mía que saltas estridente
cuando te muerde el Mal y eres centella,
y te revuelves lágrima y querella,
boca de desamparo entre la gente.
Chispa mía, tú, céntimo mezquino
de un fuego original que está lejano,
apenas me calientas ni me guías.
Chispa mía, señálame el camino
de las alturas, siempre de tu mano,
y dame el fuego que de Dios tenías.