Estoy en ti, en tu silencio,
haciéndome palabra a cada instante,
queriendo comprenderte las ideas
que tú nunca pronuncias.
Estoy en ti, vivificando tu presencia
con el caliente aliento de mi boca,
con mi sangre vertida por tu sangre
igual que un río llenándose de lluvia.
Estoy contigo, calcado en tu silencio,
como una angustia llenándonos los labios
como si fuera un grito prisionero nacido
en la presión de tu garganta.
En el silencio tuyo voy quedando
enredado contigo, viviendo a la par tuya
esa pequeña vida de tus cosas
que apenas si me llega para nada.
En el silencio tuyo, mi palabra,
es el cántico azul que te despierta
y el estruendo furioso que desarma
el grito musical de tu mañana.
Porque ya sé qué pájaro silente
dentro del corazón tiene su nido;
porque ya sé qué cántaro derrama
su venero en tus labios;
y porque sé, mi amor, que tengo el alma
prisionera de ti, contigo siempre,
en el silencio tuyo.