Hoy nos llueve la misma lluvia,
y esa otra, también nuestra,
nos inunda de dorado luminoso
y aparta los miedos y las sombras.
Hoy compré para ti un azul
con tonalidad de beso,
y pinté tu frente del color más puro
para que la angustia siga el curso
de un río que no vuelve.
El caer continuo de una lluvia de luz
se afinca en nuestros cuerpos
para que lo oscuro se vaya
por el camino del nunca;
porque el amor todo lo puede.
Hoy llueve.
Los muertos se quedan con los suyos
y el mal ni se nombra
ni se piensa ni se siente.
Que estamos en el mundo de los vivos,
más en el mundo y más vivos que nunca,
y hace sol en las gotas de lluvia
que nos llueve.