La ausencia y el rencor
han roto
los espejos;
el silencio los deshizo en grava
tras el semen quebrado
en blanco fulgor de muerte;
el doloroso acre silencio
es el mosaico
que transustancia en mueca histriónica
la palabra
y ecos bufones de autoculpas,
sangres de manos puñetazos
corrompen
componen el cuadro de la ruptura.
Paisaje de batalla perdida
donde gimen lágrimas
de piedra y cristal,
donde las rosas hieden
a sangre seca
sobre el espejo roto.