Llegan noticias del paraíso: el reciente Informe Mundial de
Desarrollo Humano advierte que Colombia perdió nueve puestos en
el índice medido, quedando a una distancia de quince sitios de
quien ocupa el lugar del centro. Algo así como que en medio de
una larga fila ante una ventanilla del banco, cuando apenas
logras ver la manga de la camisa del cajero por encima del
hombro de quien va delante de ti, y mientras te abanicas con las
facturas por pagar, un grupo de nueve personas se te ponen
delante de la fila, te miran con desprecio a mitad de un bostezo
y te dejan con la boca abierta. La sensación de la distancia, el
tiempo requerido para cubrirla y las condiciones de calor e ira
generan una desazón mezclada con lo que en Macondo llaman rabia,
pero a la cual califican con la "p" de las memorias de un libro
triste.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud)
mide cada año el índice de desarrollo humano. Un indicador que
pondera cuán larga y saludable es la vida de la gente en cada
nación, la calidad y el acceso a la educación y el nivel de
ingresos per cápita. El informe incluye a 177 países haciendo
fila para pagar la deuda con su gente, y muestra a Colombia
ubicada en el incómodo puesto 73.
Colombia obtuvo un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0,773.
Lo cual es el reflejo de los descensos en el PIB total y en el
per cápita, causado principalmente por el aumento de la
desigualdad de ingresos y el aumento en el número de
desplazados. Este índice es un promedio simple del índice de
esperanza de vida, el índice de nivel educativo y el índice del
PIB Real Per cápita ajustado (PPA en dólares). Para entenderlo y
como nos aconseja Jack el destripador: vamos por partes.
El informe nos ayuda a saber, con modelos estadísticos, los
adelantos medios de un país en tres aspectos básicos: una larga
vida saludable, con conocimientos para disfrutarla, e ingresos
que permitan un nivel decoroso de vida. El valor de referencia
para el IDH es 1,000 y los países con un buen índice de
desarrollo humano están por encima del 0.800. Colombia, con sus
0.773 no pasa esta línea.
Según el informe, el PIB per cápita ajustado fue de 6.370
dólares. Se ajusta el ingreso debido a que para lograr un nivel
respetable de desarrollo humano no se requiere un ingreso
ilimitado, como piensan los avaros. El valor de referencia son
40.000 dólares. La población bajo el umbral de la pobreza, es
decir los que viven con un dólar diario, es del 8,2 (alrededor
de cuatro millones de compatriotas) y los que viven con dos
dólares diarios 22,6 (diez millones de colombianos). Así que,
según el informe, tenemos el Umbral de la pobreza nacional
situado en el índice 64 (igual que Bolivia, Gambia, Haití, Chad
y Malí).
Respecto al número de personas desnutridas, 13% de la población
total sufre por el problema de los alimentos. Por supuesto no
cuentan aquí las escuálidas universitarias con dietas de agua y
atún, ni las amas de casa con liposucción, ni las modelos
anoréxicas con globitos de silicona cada vez más altos, ni los
señores que ocupan dos sillas en vez de una. Este porcentaje es
superior al presentado en países como Suriname, Guayana, Ghana y
República de Moldova. Para compararnos con los vecinos, baste
decir que en Ecuador es del 4%.
El PIB per cápita es de 1.850 dólares, muy similar a los 1.897
de Ecuador para seguir con las odiosas comparaciones. Pero
precisando que la participación en los ingresos o consumo del
10% más pobre de la población es del 0.8% del ingreso; mientras
que la del 10% de los colombianos más ricos es del 46,5%. Algo
así como que salgas a comer con otros nueve compañeros y pidan
diez presas de pollo para todos. Es decir que, en promedio, se
comerían de a una presa; pero resulta que en realidad no te
comiste ni la décima parte de una presa, mientras que uno de los
invitados se comió casi la mitad de las presas de un solo bocado
y los demás que se las arreglen. Eso sí, a todos les toca pagar
lo mismo por la balanceada y equitativa comida.
Dice el informe, que el índice de desigualdad que compara al 10%
más rico respecto al 10% más pobre, es del 57,8. Algo así como
que un mismo porcentaje de la población tiene casi cincuenta y
ocho veces más ingresos que el otro. En Costa Rica este índice
es de 25,1, en Uruguay 18,9 , en Bolivia 24,6, en Nicaragua 36,1
y en Argentina 39,1. Cruzando el Atlántico tenemos a Noruega en
6,1, a Suecia en 6,2, y en el pacífico, al Japón con 4,5. Por
eso será que nos llevan un mar de distancia.
Para medir la inequidad en la distribución del ingreso se
utiliza el Coeficiente de Gini. Un coeficiente Gini 0 significa
una distribución de ingresos perfectamente igual, mientras que
un coeficiente Gini 100 indica una desigualdad extrema. Este
coeficiente en Colombia está entre los más altos del mundo, no
se necesita aquí un coeficiente intelectual elevado para
interpretar las causas y los efectos. En el 2004, con 57,6,
Colombia fue el noveno país más desigual, por debajo sólo de
Brasil, quien desde antaño ha sido la nación con mayor
concentración de la riqueza en América Latina, y apenas superado
por algunos países africanos.
La ley de la compensación, los nueve puestos que perdimos en el
índice de desarrollo humano nos convierten en el noveno país más
inequitativo en la distribución de riqueza del mundo. Que bello
equilibrio el de los números. Ahora comentaré algo acerca del
número de desplazados internos que registra el informe
(2.040.000 personas), cifra abismal frente a 13 en Croacia, 368
en Rusia, 327 en Bosnia Herzegovina, 576 en Azerbaiyán, 100 en
Burundi, 386 en Sri Lanka y 260 en Georgia.
No, mejor no digo nada y los dejo, pues me han invitado a una
comida un grupo de amigos y espero esta vez probar bocado, pero
antes debo ir al banco a pagar unas facturas.