II
Nada sabemos del sueño
inquieto de las cigarras
Ni entendemos su cri cri
desesperado.
Tal vez anuncian dones,
tal vez amores,
o quizás desencanto.
¿Tal vez nos hablan?
III
En el cielo la nube descalza
abre caminos a la estrella
donde contienes tu cuerpo.
Cabalga el agua por el mar ebrio de tu pelo,
anillos de espuma pintan surcos en tus mejillas
y en el cielo, la luna, seca la humedad de tu vientre.
Refleja la esfera una gota de vidrio,
pupila que contrae el mineral ardiente
retomando el sexo acuoso de Circe.