Hay algo en mi interior que me arrebata
del corazón la fe, y con tal saña
se apodera de mí esta fuerza extraña,
que sólo vivo en la muerte a que me ata.
¿Qué extraña muerte es ésta que no mata
ni tiñe con mi sangre su guadaña?
¿Qué engendro, qué impiedad en mí se ensaña
con esta muerte torpe e insensata?
Dicen que Eros, ciego dios que inflama
del hombre el corazón, sin ver dispara
los dardos que al amor te hacen cautivo...
Fue Eros, él, quien puso en mí esta llama,
las vendas de ceguera con que amara
...y esta extraña muerte en la que vivo.