“¿Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas!?
Hacedla florecer en el poema.” Vicente Huidobro
Vicente Huidobro es uno de los mayores poetas de Chile, país de
poetas. Huidobro fue para la vanguardia lo que Rubén para el
modernismo. Como Darío -a quien tanto admiró Huidobro-, con sus
novedades, transformó la práctica poética de su época tan por
completo, que desde la perspectiva de hoy su poesía parece
pertenecer más a la época que a la persona que la escribió.
Huidobro es uno de los escritores hispánicos más universales del
siglo XX.
Vicente García-Huidobro Fernández nació en Santiago el 10 de
enero de 1893. Hijo de una familia de la más rancia aristocracia
del país. Su madre María Luisa Fernández fue una de las figuras
más destacadas del feminismo del primer cuarto del siglo XX.
Cursó sus estudios secundarios en el Colegio San Ignacio
dirigido por los jesuitas en Santiago. En Pasando y pasando, su
primer libro en prosa, aparecen datos importantes en relación a
su permanencia en este colegio, donde tuvo dificultades con sus
superiores.
En 1911, Huidobro publica su primer libro de poemas: Ecos del
alma, libro adolescente, cargado de un sentimiento sincero. Este
libro fue dedicado a Manuela Portela Bello, joven con la que
contraería matrimonio en 1912. Dirige la revista Musa joven y
funda la revista Azul.
Tras residir en Buenos Aires, viaja por primera vez a París,
donde se pone en contacto con los grupos vanguardistas sobre
todo con el que encabeza el poeta Apollinaire; colabora en la
revista Sic y en la revista Nord-Sud junto a prestigiosos
escritores como Apollinaire, Tzara, Max Jacob y Breton; él mismo
escribía poemas en francés. Fue el iniciador del llamado
creacionismo (movimiento que intentaba “crear” objetos nuevos a
través de la metáfora: “crear un poema es como crear un árbol”).
La misión del poeta no es imitar la naturaleza -como, según
Huidobro, se venía haciendo-, sino crearla. La poesía ha de ser
así una creación total; de ahí el nombre del movimiento.
En España, después de su primera aparición legendaria por el año
1916, cuando apenas alboreaba la consigna creacionista entre el
verdor de sus primeros libros, el poeta era esperado como un
meteoro fabuloso, especialmente por Rafael Cansinos-Asséns. La
visita de 1918, ya con el creacionismo flamante y Ecuatorial y
Poemas árticos, fue la decisiva, revolucionando completamente el
ambiente poético de nuestro país. Su actividad y sus postulados
serán decisivos en el desarrollo del movimiento ultraísta. En el
café Pombo se relaciona con los jóvenes escritores Guillermo de
Torre, Isaac del Vando Villar, Mauricio Bacarisse y Ramón Gómez
de la Serna, entre otros.
En París colabora en la revista más representativa del momento
poético L’Esprit Noveau. En la capital francesa mantiene
estrecha amistad con Picasso, Miró, Juan Gris y Paul Eluard, y
con los jóvenes poetas Juan Larrea y Gerardo Diego.
En 1919 comienza a escribir su extraordinario poema Altazor. Su
actividad como poeta y divulgador del creacionismo por Europa es
intensísima.
En 1929 aparece en España Mio Cid Campeador, una de sus obras
más leídas. En 1931 se publicaron en nuestro país Altazor y
Temblor de cielo.
En 1931 se desata la polémica entre Huidobro y Pablo Neruda. En
1936 organiza a los escritores chilenos en solidaridad con el
pueblo español. Publica en Escritores y Artistas Chilenos a la
España Popular su poema Está sangrando España. Viaja a España
para enrolarse en el Frente Popular. Ese mismo año en Madre
España, publica un extraordinario poema, Gloria y sangre. La
polémica con Neruda se acentúa al encontrarse ambos en España
apoyando la causa republicana.
En 1941, publica dos de sus capitales libros de poesía, Ver y
palpar y El ciudadano del olvido.
Huidobro participó activamente en la segunda guerra mundial. Fue
el único oficial de lengua española y también el primero en
entrar en Berlín, en 1944.
Vicente Huidobro murió el 2 de enero de 1948 en su casa de
Cartagena, balneario costero de la región central de Chile, días
después de haber sufrido un derrame cerebral, al que había
quedado proclive después de la herida recibida en la última
guerra mundial. Es enterrado, de acuerdo con sus deseos, en una
colina frente al mar. Su hija mayor y Eduardo Anguita escriben
el epitafio: “Aquí yace el poeta Vicente Huidobro / Abrid la
tumba / Al fondo de esta tumba se ve el mar”.
Vicente Huidobro es un nombre relevante e imprescindible en la
historia de la poesía. El poeta de los poetas. Pablo Neruda nos
dijo: “Yo he propuesto un monumento para él, junto a Rubén
Darío, pero nuestros gobiernos son parcos en erigir estatuas a
los creadores y pródigos en monumentos sin sentido”. Pero, la
poesía no le abandonó jamás. No en vano, dijo Huidobro: “Oh mi
buen amigo / ¿Me habéis reconocido? / He vivido una vida que no
puede vivirse / Pero tú. Poesía, no me has abandonado un solo
instante”.