La espera, no todos tenemos ese don, buscar el momento
preciso.
A veces pienso… Las rachas existen, tanto en lo profesional como
en el plano espiritual, todo viene junto… o nada llega. No es la
primera vez que me ocurre: dejo abierta una ventana en mi
interior y comienzo a recibir señales… digamos que el invierno
me trae buena suerte.
Es cierto, no sé para dónde virarme. ¿Cuál me emocionaba más,
por dónde tomar? ¿Elegir belleza o bondad?… Detalles... Los
encantos son cadenas y quiero estar atado, será que nací para
esclavo.
No quiero envejecer, aunque pienso que al llegar a los cuarenta,
es más lento el proceso, como si se detuviera el tiempo a
nuestro favor. Me siento fuerte, pero mi corazón aguarda.
Mientras espero el taxi, no dejo de pensar… Cuando nos
detenemos, buscamos por dónde arreglar nuestras vidas, y ahora
que se acerca la luz del auto, sigo, en el mismo punto de
partida, sin hacer nada, estático como una estatua.
Al menos sé lo que perdí. Nunca supe decidir, me quedé sin amor.