“Ya están vestidos, ya se van por la calle.
Y es sólo entonces
cuando están muertos, cuando están vestido,
que la ciudad los recupera hipócrita
y les impone los deberes cotidianos.” Julio Cortázar
El argentino Julio Cortázar es una gran figura de la novela
hispanoamericana, dotado de todos los recursos literarios que
él, en son de burla, se dedica a destruir. Es uno de los autores
más famosos del llamado “boom” de la narrativa hispanoamericana
y uno de los mayores exponentes del realismo mágico. Es además
uno de los más insignes maestros en el manejo y construcción del
relato breve.
Sus
primeros libros fueron relatos que buscaban una profundización
en el mundo infantil a partir de un núcleo de fantasía; otros
serán más realistas y tendrán ciertos resabios morales aunque
por sobre ellos, domine la estructura absurda en que coloca, por
ejemplo, Las babas del diablo. Después de Los premios (1960), su
primera novela, Cortázar dio una dimensión sorprendente en
Rayuela (1963), considerada como una de las grandes novelas en
lengua castellana y una de las obras más innovadoras de la
literatura hispanoamericana contemporánea; por medio de
estructuras varias y técnicas diversas, hace la crónica de los
intelectuales sudamericanos que viven en París, a donde han ido
en busca de su consagración. Su contenido es invertebrado, con
rasgos geniales y estilo rico de grandes sugerencias e ironías.
Su expresión es desgarradora, con palabras y frases difíciles
hasta la incomprensión a veces. Los recursos expresivos, en
ocasiones caprichosos, llegan a vulgarismos que alcanzan hasta
el taquismo y la grosería. La acción se satura de dialéctica,
como la que se puede advertir sobre el tiempo. Se habla de
narrativa asimilable a formas medievales. Si hay tiempos
diferentes... uno de los antiguos puede coincidir con uno de los
modernos. Pero, como el espacio, el tiempo se maneja libremente.
Cortázar, negador del tiempo y buscador de la eternidad, lo
supera todo con la realidad y como un auténtico poeta. Rayuela
es una típica novela nueva con todos los bienes y males de su
novedad. Su barroquismo está servido por los caprichos de la
imprenta (largos fragmentos en que se suprime la hache o se
agrega indebidamente, frases cuyas palabras se escriben formando
una sola, etc.) y por los de estructura y contenido, como los
excesos y saturaciones sexuales. Pero todo queda superado por el
acierto en comunicarnos lo vulgar.
Cortázar llama a Rayuela “contranovela“. El demonio de lo
complicado está en Rayuela. El número del capítulo figura en la
parte superior de las páginas, donde esperamos la numeración,
Cortázar nos explica que el libro es “mucho libros” y, sobre
todo, “dos libros” cuyos capítulos han de leerse “sin
remordimiento” de la continuación, saltando capítulos y
ateniéndose para leerlos al orden de un “Tablero de dirección”,
porque para comprender hay que desarmar la novela. El juego de
“rayuela”, que sigue un trazado de rayas sobre el suelo, pudiera
informarnos algo de su técnica. Hay algo en ella de laberinto.
Disfrutar de tan inteligente juego literario será el acierto del
lector.
Julio Cortázar nace en Bruselas el 26 de agosto de 1914. Siendo
aun muy niño, su familia marcha a Argentina. Después de hacer
los estudios de Letras, ejerce durante cinco años como maestro
rural. Enseñó en la Universidad de Cuyo y renuncia a su cargo
por desavenencias con el peronismo. En 1951 abandona Argentina y
se instala en París donde trabajó para la UNESCO y adquirió la
nacionalidad francesa. El 12 de febrero de 1984 Julio Cortar
muere de leucemia en París y es enterrado en el cementerio de
Montparnasse.
Cortázar comienza con libros de poesía, Presencia (1948) y Los
Reyes (1949), publicó su primer libro de cuentos, Bestiario
(1951), que iniciaba una carrera ininterrumpida de narrador y
una serie inolvidable de relatos en que lo fantástico, tal vez
en la línea de Borges, descubre el revés de lo real dentro de la
vida cotidiana y reconoce su tremenda complejidad: Final del
juego (1956), Las armas secretas (1959) que contiene “El
perseguidor”, uno de sus mejores cuentos, Historias de Cronopios
y de Famas (1962), que caricaturiza la sociedad actual al
dividir el mundo en cronopios –“locos lindos”, libres, abiertos-
y famas –conservadoras, aburridas, de vida planificada-, Todos
los fuegos, el fuego (1966), La vuelta al día en ochenta mundos
(1967), Último round (1972), Octaedro (1974), Alguien anda por
ahí (1977), Un tal Lucas (1979), Queremos tanto a Glenda (1981),
Deshoras (1983), etc.
Cortázar es, junto a Borges, el maestro indiscutible de la
narrativa breve en América Hispana. La otra vertiente narrativa
del autor son las novelas. Los premios fue una sorpresa inicial,
una novela argumental –un viaje trasoceánico-, con gran
intención alegórica. Tres años más tarde publica su obra más
conocida Rayuela. En la siguiente, 62 Modelo para armar (1968),
quizá la más experimental de todas, volcó Cortázar sus
obsesiones sobre las ciudades, los espacios y el azar de la
existencia, al enfrentar exteriormente la situación de un grupo
de hombres alienados por sus conductas y sus dramas personales;
el tema de la novela tiene que ver, posiblemente, con la
superación de la angustia por el amor. Libro de Manuel (1973) es
una experimentación político-literaria para exponer lo que falta
por hacer en la revolución que todavía no está hecha, las
insuficiencias que padecen y acechan a los que luchan por el
cambio social; en ella convergen la invención de ficciones con
la militancia ideológica. Esta militancia y el compromiso con la
causa revolucionaria fue inalterable y se manifiesta en libros
como Nicaragua, tan violentamente dulce (1984), testimonio en
apoyo del régimen sandinista , que incluye el cuento Apocalipsis
en Solentiname y el poema Noticia para viajeros y en el mismo
año se publica, pero póstumamente, el libro de poemas Salvo el
crepúsculo. Últimamente publicó el libro de viajes Los
autonautas de la cosmopista o un viaje atemporal París- Marsella
(1983), escrito en colaboración con su esposa Carol Dunlop.
El gran novelista y el creador de cuentos fantásticos fue
también un humanista consecuente y un intelectual comprometido.
Y como nos dijera un día: “Yo parezco haber nacido para no
aceptar las cosas tal como me son dadas”.