En los discursos de los guerrilleros colombianos aparece siempre
que “la retención por fines políticos” reemplaza al simple, pero
real, “secuestro extorsivo” y se van los días y negociaciones
intentando aclarar los alcances de una y otra definición para un
acto tan canalla. Sabíamos, sucede de continuo, que se raptaban
ancianos y niños y se les somete a la tortura de alejarlos de
sus seres queridos para solicitar a cambio dinero que financiará
la guerra. También secuestran políticos y soldados y argumentan
razones donde no caben, pero incluso aunque reciban el dinero no
sueltan a sus víctimas ni dicen tampoco si están o no vivas. Se
sabe de casos en que cobran por informar dónde está enterrado el
cuerpo de un secuestrado que murió o que fue ejecutado en
cautiverio.
Recientemente se han fugado de los criminales algunos que, ante
la encrucijada y un descuido, se han jugado el todo por el todo.
Nos traen relatos de los vejámenes que se cometen y en sus
rostros la súplica para que todo esto cambie.
Un policía de bajo rango que estuvo cerca de 8 años secuestrado
por un grupo guerrillero habla de cadenas, de idas al baño en
compañía, de malos tratos, de pasar hambre, de falta de
medicinas y de dolorosas separaciones. La selva, las largas
caminatas, y las condiciones a que son sometidos dejan en los
secuestrados marcas físicas, psicológicas y en el alma. Su
pequeño hijo no lo conocía más que por referencias, pues estaba
en el vientre de su madre cuando se llevaron a su padre y lo
viene a conocer sólo ahora cuando los medios de comunicación se
lo muestran como un héroe.
Por informaciones de un periodista se tenía conocimiento de que
una mujer secuestrada había tenido un hijo en cautiverio y el
policía fugado viene ahora a ratificar que Clara ha vivido su
embarazo en las condiciones descritas, que su hijo Emmanuel, de
tres años es separado de su lado: ¡secuestrado dentro del
secuestro!. La comunidad internacional está a la espera de que
nos expliquen a los asombrados colombianos dónde las razones
políticas de tener un niño secuestrado. La historia juzgará los
actos ruines de la condición humana por más que se intente
disfrazarlos. Que liberen a Emmanuel y con él, a todos los
secuestrados que sufren cada día como si fuera el de su muerte.