¡Qué horror!...
La todopoderosa regadera
nos llueve desde la prehistoria
se fija que no hay adentro
nos utiliza para demostrar al altísimo
como cuánto desteñimos
con qué facilidad
y nos deja chorreando
ensexuada
la tecnocracia del cielo
con amorosos utensilios
con cuasi tácticas del diablo.
Poema del arremeter etcétera
Arremetí a favor de la pólvora
decliné honores
convertí las medallas en almuerzos
dije este sol es mío
dije después qué estoy diciendo
aparecí reflexivo como un coliflor
cómo incidir en esa
oveja que parece una nube.