Página anterior. Volver Portada gral. Staff Números anteriores Índice total 2007 ¿Qué es Arena y Cal? Suscripción Enlaces
La sociedad contemporánea, es caracterizada por la complejidad de las relaciones que se establecen en ella, la educación es uno de los canalizadores en donde se evidencia la complejidad con las diversas relaciones, y el currículum, es donde existe, desde dentro, la posibilidad de realizar modificaciones de fondo a la sociedad. Si se parte desde esta base, se hace comprensible la idea que el Arte es uno de los medios que posibilita generar un aporte crítico y propositivo para hacer de la sociedad un lugar mejor. Es él, quien aporta a la dinámica “guiadora” de la educación, que al día de hoy relee sus relaciones con el medio transformándose en respuestas a necesidades integradoras y constructivas del medio y nación, la posibilidad concreta de renovación y entendimiento. No obstante, qué significa educar, etimológicamente educación, hace referencia a la idea de guiar o encauzar, por tanto, puede ser entendida como un proceso formador, en donde se realiza una estructuración bajo los parámetros de la normativa social (Dewey, 1998: 21). Dentro de ésta línea, Beltrán y San Martín (2002), señalan que sería interesante cuestionarse los contenidos, procedimientos, criterios y tipo de cultura que se transmite. Siendo este aspecto fundamental del hacer pedagógico y de los actores involucrados.

El proceso colegiado facilita la pertinencia de los ámbitos formativos para el escolar, caracterizado por una clara “orientación social”, construida desde la memoria, lo legal, la cultura y costumbres entre otros. Estas se remiten a lo particular, lo regional y situaciones de carácter étnico geográfico, “pero no así los principios que la fundamentan, para los que ya existe un amplio consenso democrático” (Beltrán y San Martín, 2002).

Son los acuerdos acerca de lo que es educar, en donde se encuentra la coherencia de un centro escolar (Beltrán y San Martín, 2002), estamos enfrentados a capacidades de los docentes, tales como: empatía, carácter propositivo, innovación y relaciones con los estudiantes desde sus improntas, determinando no sólo la efectividad de las labores emprendidas para la consecución de los objetivos sino, significativa para el mejor ambiente de trabajo.

La metodología para este caso (La coherencia escolar), precisa delimitación de sus dimensiones, por tanto el recurrir a la epistemología convendrá en dejar de lado expectativas irreales o irrealizables, cuando resulta común escuchar predisposiciones mesiánicas como respuestas frente al desempeño escolar y docente, como por ejemplo, las bondades del, “autoaprendizaje”, en la denominada sociedad del conocimiento (Beltrán y San Martín, 2002). El analizar las dificultades por quienes las sobreviven significa un grado de certeza mayor al dimensionarlas, reconocer su profundidad y dónde y cómo estas se han expandido o encontrado espacio para su crecimiento, la coherencia radica en un lugar para ser parte más tarde del sistema escolar (Beltrán y San Martín, 2002), aunque el diseño escolar nace de las coordenadas que el centro lleva es necesario integrar a él, el carácter gregario o correr el peligro de convertirse en un estado aislado incluso aún no resueltas algunas dudas de carácter estructural (ruralidad, urbano, mas o menos recursos).

El carácter global de la economía tiene igualmente connotaciones políticas y educativas, bajo el nuevo escenario que propone con una disminución cada vez mayor del papel del Estado, en la pretensión de que el mercado regularía una distribución equitativa del ingreso y la calidad de la educación, pero como hemos visto esta no es la característica de la economía de mercado. El afecto al rol mínimo del Estado, dice relación con el carácter cualificador del individuo, se oculta a la vez que estos no parten del mismo lugar con las naturales diferencias en la calidad de la educación producto de la desigualdad del ingreso y sus posteriores resultantes, en este momento el Estado viene en ser un articulador de las necesidades de oficio que la economía neoliberal demanda (Beltrán y San Martín, 2002).

Los autores se preguntan acaso… ¿Es posible continuar con principios organizativos alejados de la denominada sociedad global?, o, ¿Cómo contraponer las tendencias desde lo local con lo global?, ¿Cómo afecta a la convivencia interna y si caso es labor de los docentes discutir asuntos de esta naturaleza en los centros? (2002). Éstas interrogantes ratifican las presiones a que está sometida la escuela no ya desde la educación, sino afectada por relaciones macroeconómicas donde no ha sido consultada. La situación por su delicadeza demanda transformaciones pero realizadas por todos, lo contrario, no asegura que si estas provienen de directrices ajenas tendrán efectividad haciendo naufragar en un mar de incertidumbre programas y propuestas educativas dispersas y probablemente carentes de pertinencia frente a los escolares y docentes que resultan en operadores informáticos. La situación demanda un acercamiento de los agentes escolares acerca de los contenidos propositivos de la necesaria coherencia, tres ámbitos en los cuales debe centrar la atención la educación, serían: a) En relación a los otros, b) En relación a la naturaleza y c) En relación al conocimiento y la cultura (Beltrán y San Martín, 2002:17).

En relación a los otros, referido al reconocimiento de las diferencias individuales, simetrías y asimetrías homogeneizadores y más aún al reconocimiento del otro como legítimo otro.

En relación a la naturaleza, enfatizar en el reconocimiento de lo natural y artificial, con lo que ello involucra (renovación, herencia, creación y sus respectivos antagonistas). Es decir, la escuela, debe incorporar la conciencia y responsabilidad social a los espacios escolares. Idea que es compartida por Morín (1999) donde establece la complementariedad entre el ambiente y los seres humanos.

En relación al conocimiento y la cultura, la escuela es uno de los agentes encargados de transmitir el saber, la ventaja comparativa es el diálogo comprensivo que se debiera dar entre profesores y estudiantes.

Los autores muestran las interrogantes que surgen desde la evolución que observa el estado frente a la educación, al liberarse de responsabilidades que signifiquen la totalidad de los estudiantes y el mercado como nuevo proveedor de la misma. Al no establecer lineamientos claros de lo que significa esta división, se han generado graves problemas de socialización y segregación entre los mismos escolares (proveniencia, calidad de la educación y de vida, expectativas laborales, salarios). No obstante, el currículum efectivamente contiene la posibilidad de ser construido desde el establecimiento pero con una clara y compartida fundamentación social. Frente a esta autonomía ¿es factible asumir que los contenidos del currículum escolar por establecimiento tiendan efectivamente a la comprensión e integración social? El currículum está compuesto por los conocimientos producidos en momentos y ámbitos diversos que luego separados y reubicados por áreas, son puestos en una dinámica para la apropiación por sus receptores en un medio diferente de donde fueron originados. Éste da identidad a las organizaciones, como un camino que conduce a un lugar, es decir, la escuela articula conocimientos diversos que son facilitados para su exposición y reproducción posterior, demanda paralelos de acuerdo a la complejidad y secuencia en la entrega de los mismos como en la infraestructura necesaria.

Un planteamiento como éste no resiste el avance de las nuevas condiciones, con mayor razón cuando los participantes no tienen claro conocimiento de dónde van, para qué y cómo, debido a que la producción de conocimientos se encuentra caracterizada por su reelaboración y su exigencia es cada vez mayor como el que las personas destinen cada vez más tiempo a la educación significa nuevos contextos de elaboración y difusión. De acuerdo a las condiciones antes mencionadas, el currículum debe convertirse en un proceso permanente de indagación relativa a las transformaciones que vienen operándose en los ámbitos de la producción, a las nuevas exigencias planteadas por los contextos productivos emergentes y a las mejores condiciones para facilitar su interconexión” (Beltrán, San Martín, 2002:41). Las nuevas propuestas han de asumir conscientemente la pluralidad existente y contradicciones relativas a los fenómenos que habitan en los conocimientos. Al respecto la institución ¿Es el medio de difusión frente a estas exigencias?, las instituciones surgen del seno de unas normas que sus integrantes validan, y lo que se dice y hace en este marco está relacionado con esto, producto del acuerdo de ajustarse a pautas para la existencia de la misma, determinando estructuras de orden que orientan las relaciones de sus componentes. Aunque la estructura resta flexibilidad a la institución, no resulta contradictorio. Significa igualmente la capacidad de lograr mayor solidez, cuando en las organizaciones existen orientaciones propias y naturales de quienes las componen, mas deben tener una tendencia a la unificación más que a la diversificación a riesgo de su debilitamiento progresivo influido en exceso por la perspectiva personal. Al igual que el currículum, la estructura contiene contradicciones, a partir de criterios observados con lógicas diferentes. Debido a que las instituciones son una resultante de intereses y convenciones amparadas no sólo en quienes la componen sino de normas que las establecen impidiendo, no en pocos casos, transformaciones que pudieran incluso activarlas cuando éstas inicien una fase lejana de sus propósitos originales. El acceso universal y sin restricciones a los establecimientos, homogeneiza de tal forma que no incorpora lo diferencial como forma de solucionar determinadas dinámicas, las perspectivas que colaboran con las compartimentaciones sólo manifiestan el interés sectario de las mismas, contribuyendo a aislarse de aspectos importantes relacionados con el ser humano y la sociedad.

Como se ha visto, el currículum, entre sus características, encuentra la flexibilidad, la que no sólo es la capacidad de adaptarse para la mejor consecución de unas fundamentaciones que luego se objetivan, es también una posibilidad de articulación desde la especialidad; a continuación Eisner (1998), comenta aspectos del currículum para el Arte donde incorpora la mirada de los estudiantes, señalando que en la medida que las escuelas sigan siendo el vehículo social principal por medio del cual se ofrece la educación formal, resulta vital distinguir entre currículum y enseñanza. Postula que currículum, hace referencia al conjunto de actividades de aprendizaje elaboradas de acuerdo a las características de los estudiantes con los cuales se trabaja, destaca además que la educación de Arte puede desarrollarse en tres dominios: el productivo, el crítico y el cultural. Éstos parámetros nos proveen de posibilidades para realizar este objetivo, como que la vida de un individuo está atravesada por la de otros en una relación sinérgica interdependiente. El adiestramiento a partir del estímulo – respuesta, resulta igualmente una fórmula para el logro de actitudes y convencionalismos; mas, los aprendizajes adquiridos por este medio al perder el condicionamiento se olvidan y las conductas que se deseaban cambiar, se repiten. Esta orientación tiende, como hemos dicho, al adiestramiento para asegurar hábitos que sean de utilidad.

El lenguaje, por su profusión en el uso y las posibilidades metodológicas, es una contra-respuesta al fenómeno comentado anteriormente. Éste presenta infinitas posibilidades (no verbal, gestos, corporales, plásticos, tridimensionales, audiovisuales, perfomanticos, entre otros), que contribuyen a su diversidad expresiva. Dewey (1988), señala la importancia del lenguaje para fomentar la adquisición de conocimientos indicando además que es el ambiente social el que conforma emociones y estados mentales proyectados en lo conductual los que, a su vez, son orígenes de sus consecuencias.

En una mirada objetiva y formal, el ambiente, al que todos y el que todos construimos incluso destruyéndolo, otorga una adicional carga sensible y de conformación de una normalidad que por atávica o por desinterés se internaliza reafirmando nuestras percepciones de la misma.

El acto educador conviene en esta muestra seleccionada de certezas y experimentaciones en el entendido de la sinergia a que ambas conducen, a modo de ejemplo, Dewey (1998), señala que:

“El efecto de un ambiente chabacano, desordenado y recargado, destruye el buen gusto, así como una vecindad miserable y estéril devasta el deseo de belleza. Contra tales obstáculos, la enseñanza consciente difícilmente puede hacer más que suministrar una información de segunda mano respecto a lo que piensan los demás. Tal gusto no llegará a ser nunca espontáneo y personalmente maduro, sino que seguirá siendo un recuerdo elaborado de lo que piensan aquellos a quienes se ha enseñado a mirar…“Raramente reconocemos la medida en que nuestra estimación consciente de lo que es y no es valioso se debe a normas de las que no tenemos conciencia en absoluto” (pág. 26)

La educación, se realiza controlando el ambiente en que actúa; éste se vuelve casual en la medida en que no se lo dota o no se le regula deliberadamente, sin embargo, las escuelas siguen siendo el lugar donde el ambiente está formado con la finalidad expresa de influir en las actitudes de carácter mental y moral de sus partícipes, los estudiantes. La convención del constructo escuela en su dinámica recopiladora y extensiva de lo acumulado (el conocimiento), asegura y concibe el acto transmisor ocupando los códigos para estos efectos (tecnologías, escritos), de tal forma, resulta que una de las certezas que la valida es ser un lugar de continuidad para los grupos que observan allí el encuentro y aceptación cultural de sus propias propuestas de crecimiento e integración. La escuela es un modo de asociación que encauza y conduce idealmente desde un programa que debiera estar abierto a las propuestas pertinentes, como que el mismo tenga una clara compenetración con la sociedad en que se desenvuelve.

Dewey (1998), al hablar acerca del carácter asociativo de la escuela, destaca que al encontrarse inserta en una sociedad compleja este órgano, discrimina lo fundamental de lo accesorio, y elabora un orden para entregar a los estudiantes. El aspecto muestra una de las características de la escuela y, guardando las proporciones, de la educación, acerca de la gradualidad de los contenidos y las posibilidades para las elecciones posteriores relativas a los estudios específicos previos a las relaciones laborales. El ambiente escolar resulta en un espacio donde el estudiante debiera relacionar conocimientos y discriminación sobre los mismos como de los aspectos perjudiciales que la sociedad, en este caso tecnocrática, muestra, de tal forma lo mejor de la sociedad se ve reforzado en la escuela. Observar una cortapisa frente a lo anterior es sólo limitar el radio de acción, en el entendido que el aprendizaje abraza igualmente lo ajeno al mismo tiempo para su conocimiento y tratamiento, motivando e incentivando la experimentación que coopera al acto cognoscitivo del aprendizaje, de manera que:

“A medida que una sociedad se hace más ilustrada, comprende que es responsable no sólo de transmitir y conservar la totalidad de sus adquisiciones existentes, sino también de hacerlo para una sociedad futura mejor. La escuela es el agente principal para la consecución de este fin” (Dewey, 1998: 29)

La concreción de una mejor sociedad, por medio del proceso educativo, y la escuela, como una de sus dinámicas formales, es igualmente una resultante directa del conocimiento adquirido previamente, enfrentar esta situación es de suma importancia pues mediante esta interacción de lo que se trae con lo que se aprende componemos un ejercicio cotidiano aunque introductor, en búsqueda de espacios más elevados. Cabe preguntarse ¿Las escuelas realizan consultas acerca de los conocimientos adquiridos más allá de lo puramente educacional?

Como se ha visto, los impulsos emanados desde las existencias jóvenes deben ser conducidos, mas, no se trata de una cuestión limitante o conductista sino, por el contrario, de un fenómeno que tiende a centrar los esfuerzos para guiarlos en un fin específico, caracterizado por un orden y una continuidad que asegure su trascendencia. Relacionarse suele ser un hecho que resignifica el estar en el mundo. La escuela con las convenciones aún más conservadoras no evita la dinámica, de manera individual o colectiva, mas puede retraerla, privando al estudiante de todo lo que ésta puede darle. Las escuelas requieren más posibilidades para las acciones que emprenden a partir y como convergencia de sus proyectos educativos. Quienes pertenecen a ésta en condición de educandos resultando en ellos un mayor compromiso social en el uso de sus facultades como de los materiales y recursos.

El constructo escuela, con las características o funciones que hemos observado es, en los tiempos de la aldea global, la formulación, la reunión de voluntades, afectos y objetivos que asegura un ser humano socializado y socializante, Parsons, señala que:

“la socialización es la integración progresiva del individuo en un sistema social complejo, del que la escuela es un subsistema, en cuyo marco referencial el educando interioriza las habilidades y las pautas que avalan el éxito futuro, mediante el proceso específico cognitivo y mediante el dominio tecnológico profesional” (citado en Fermoso, 1994:203).

Acerca de los objetivos y funciones de la socialización escolar para Fend (citado en Fermoso, 1994:204), ésta supone una doble función “cualificadora”, cuando proporciona al estudiante “habilidades y conocimientos” para la futura profesión, y “legitimadora” que adentra al estudiante ante el “sistema político social”.

La socialización comparte en su composición las posibilidades que las percepciones de una sociedad demandan, como que ésta determina la secuencia y procesualidad y lo que los componentes de la sociedad, han determinado como pertinentes y necesarios al amparo de una organización estructurada para estos fines, mientras se espera el suceso unificador, promueve que la enseñanza genere una sinergia en las especialidades existentes con respecto a la condición humana determinando a la psicología con una orientación acerca del destino universal y subjetivo del ser humano así como la “sociología el destino social”, la economía el económico, las religiones mitos ideologías, deben, según el autor, ser consideradas por la capacidad de influir “sobre las mentes humanas y no como superestructuras”(Morin, 1999).

La historia está sujeta a cambios y destrucciones de lugares y poblaciones, no existen normas o “leyes” históricas, sino un diálogo caótico de fuerzas como la reunión de ámbitos entre lo económico, sociológico, técnico, mitológico e imaginario, sólo la convergencia de las ciencias naturales y las ciencias humanas, pueden efectivamente dirigirse a la condición humana. Una de las dinámicas que propone Morin para el estudio de la condición humana es observar “el aporte de la cultura de las humanidades”, el lenguaje en primer término a partir de sus formas más acabadas, la Literatura y la Poesía. En palabras de Yves Bonnefoy, “las palabras nos distinguen de la condición animal” (Bonnefoy, citado en Morin (1999).

Morin (1999), poéticamente, establece una fundamentación del por qué el Arte debe estar, existir, golpear y amar a quien lo examina, además de posibilitar el investigar, releer y construir, permite ver, escribir y hablar lo que no vemos y portamos, señala, que el Arte, permite la inmersión en la dimensión estética, posibilitando apreciar el mundo desde diferentes puntos de vista, haciendo notar que en cada obra de Arte, a la base se encuentra un pensamiento acerca de la condición humana.
Un ejemplo de ello está en Shelley, Kyats, Novalis, Huerlderlin, Nerval, Rimbaud, Beethoven, Schubert quienes a decir de Morin, cantan el sufrimiento de los humanos que soportan la crueldad del mundo y de la vida, ofreciéndonos un dolor que, sin dejar de ser dolor se transfigura en lo sublime (1999:48).

Morin (1999), desde su mirada compleja de la enseñanza, provee de algunas finalidades de los niveles:

Enseñanza Primaria: al interrogarse acerca del ser humano, mundo, verdad; se descubre en toda su magnitud a la persona, se reconoce la igualdad en la diferencia, el aporte de cada una de las ciencias del conocimiento, se aumenta la comprensión del lenguaje y la cultura, se facilita la comprensión del mundo, enfrentando de mejor manera la complejidad.

Con respecto al aprendizaje de la vida, propone dos caminos el interior y el exterior. El camino es acerca de lo necesario que resulta comenzar con reconocer en la autocrítica, el autoexamen una posibilidad cierta de conocerse a sí mismo desde el comienzo de la educación y su curso, y frente a una medialidad cada vez más presente y nuevas tecnologías al servicio de los estudiantes, enseñar y educar respecto de construcción como utilizarlas para el proceso educativo.

Enseñanza Secundaria: en ella, se debiera reafirmar los nexos entre las distintas disciplinas de las “humanidades y las ciencias”, donde literatura e historia, dan cuenta de las complejidades humanas. Propone internalizarse en la evolución de la existencia como adolescente, generando interacciones positivas entre el mundo exterior sus ofertas y el mundo intelectual.

Enseñanza Universitaria: dado que el conocimiento es concebido como una “herencia cultural”, que se conserva, regenera y genera. Lo hereditario concede la capacidad del viaje al pasado, el presente y el futuro en diferentes momentos y es, a la vez, universal pese al carácter específico y conservador que hoy se observa (lo regional, lo específico en los ámbitos de estudio).

Acerca de la evolución de la universidad que se encuentra en la reforma de Humboldt, uno de sus momentos principales es cuando ésta se vuelve laica y abierta convirtiéndose en trans-secular y transnacional integrando a las culturas no europeas, aunque introduce las ciencias modernas no permite que las humanidades y éstas coexistan, Morin sostiene que esto origina la actual universidad, un lugar para nuevas profesiones, adaptarse a nuevas tecnologías y, a la vez, proporcionar una enseñanza “meta-profesional, meta-técnica, es decir, una cultura”. Frente a las demandas de la sociedad de la comunicación, la productividad y la cultura, a que tiene que adaptarse esta convención:

“La universidad tiene que adaptarse, simultáneamente, a las necesidades de la sociedad contemporánea y llevar a cabo su misión trans-secular de conservación, transmisión, enriquecimiento de un patrimonio cultural sin el cual no seríamos más que máquinas que reproducirían y consumirían” (Morin,1999:87).

El siglo XX ha puesto en la universidad una serie de propuestas como que aquélla debe estar al servicio del mercado, coartando todo lo que desde la investigación pudiera surgir, al mismo tiempo, la separación o disyunción entre los saberes y disciplinas, produciendo consecuencias negativas entre ambas.




Bibliografía

· BELTRÁN FRANCISCO Y SAN MARTIN ALONSO. Diseñar La coherencia escolar, Madrid, Morata, 2002. 
· DEWEY JOHN, Democracia y Educación, una introducción a la filosofía de la educación, Madrid. Ediciones Morata. 1998. 
· MORÍN EDGAR, Introducción al Pensamiento Complejo. Barcelona: Editorial, Gedisa, S.A. 1999a. 
· MORÍN EDGAR, La cabeza bien puesta. Buenos Aires. Nueva Visión. 1999b.
· FERMOSO PACIANO. Pedagogía Social. Fundamentación Científica. Barcelona: Herder, 1994.


· Autor. Fulvio Fernández M.

EDUCACIÓN ARTÍSTICA EN LA ACTUAL POLÍTICA CURRICULAR CHILENA. Una expresión en el currículum prescrito de enseñanza media. 

Trabajo de Graduación para optar al grado de Magíster en Política y Gestión Educacional enero 2007. Universidad de Talca, Chile.



(Curriculum y Datos del autor)



 

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