Cuando te conocí no sabía quién eras, ni si quiera tu
nombre. Sin embargo, todo el mundo sabía quién eras tú y,
por lo visto, estabas siempre presente. Hace un año que nos
conocemos y ni si quiera recuerdo cómo. Del primer momento
que tengo contigo sólo recuerdo que me dejaste patidifusa,
yo, con mi Coca-Cola light que, de repente, se me quitaron
las ganas de seguir bebiendo.
Luego pasó el tiempo y hasta cierto punto dejamos de vernos.
Después pasaron muchas cosas hasta llegar hasta ahora que es
quizás cuando más te conozco. No sé por qué te acercaste a
mí, nunca lo pedí, no lo necesitaba, era feliz mirándote de
lejos en la distancia. Pero un día decidiste romper esa
barrera que tanto te costó derrumbar y que al final
decidiste, tras muchos pensamientos, que no fuera un
obstáculo. Si me hubieras preguntado hace unos meses si me
alegraba de que lo hubieras hecho te diría que por supuesto,
sin embargo, ahora lo que siento es que no merecía la pena
tanta tontería si no tenías las ideas claras.
Tampoco te lo estoy echando en cara, yo nunca las tuve
tampoco, por eso precisamente insisto en decir que era feliz
simplemente con mirarte en la distancia... Ahora que lo veo
todo de lejos me da nostalgia, ya no es pena, ya no es nada.
Y sigo sin entender muchas cosas, detalles a los que nunca
encontraré explicación, más que nada porque ya no me importa
lo que puedo haber sido si yo no fuera tan cerrada.
Quizás nunca volvamos a vernos, ya no nos une nada, quisiera
asegurar firmemente que no quiero hacerlo pero aún hoy sigo
sin saber nada. No pretendo que tú te aclares, yo al final
lo conseguí, pero comprendo que esta historia es muy
complicada y que no todo el mundo es capaz de sacar una
conclusión entre este mar de dudas saladas. Y no te lo voy a
echar en cara, ese no es mi estilo, siempre me lo guardo
todo. A lo mejor regresas algún día, quizás mañana, yo lo
mismo ya no estoy aquí, o tal vez sí...
Me quedo con los recuerdos del año pasado, cuando todo era
mucho más agradable a pesar de que por aquel entonces andaba
un poco liada. Siempre supe que no te era indiferente y era
una tarea difícil, apenas cruzábamos ciertas palabras. Y
sabía que iba a pasar justo esto, que llegaríamos a la nada.
De verdad que he luchado para que no pasara pero tampoco me
dejas ayudarte y contra uno mismo no se puede luchar. Éramos
muy buenos amigos, no sé por qué siento que ya no quiero
serlo. Pero siempre te recordaré como aquél chico que con
sólo una frase es capaz de dejarme pasmada.