Desde hace por lo menos cinco años me he acostumbrado a no
dormir por la noche. Soy un ave nocturna y por mucho que
intento conciliar el sueño, Morfeo no quiere acompañarme por
lo menos hasta las cuatro de la mañana. Son tantas las cosas
que una piensa mientras ves pasar las horas que se
eternizan... Y nunca se llega a ninguna conclusión. Desde
hace cuatro años mi vida cambió, dejé de ir a mi pueblo y al
pueblo de al lado, mis amigos de mi barrio me abandonaron,
dejé a mi novio porque le amaba demasiado y decidí no volver
a dormir por las noches. Ahora intento escribir un libro
sobre algo que realmente quisiera borrar de mi memoria, sí,
yo soy así, cuando algo me influye, intento borrarlo pero,
no sé por qué, al final decido que es bonito recordar lo que
te ha hecho sentir algo. Ahora lo de no dormir no es un
problema, lo hago cuando quiero, pero hace unos meses cada
vez que sonaba el despertador por la mañana me entraban
ganas de morirme. Aún así nunca he sido capaz de acostarme
pronto.
No puedo dormir y hace tiempo que no sé lo que es soñar
aunque, realmente, me gusta más imaginar. Si no estás tú
para mirarme, lejos, en la distancia, yo ya no soy nada, si
no te siento detrás de la pantalla me agobio por eso
prefiero pensar que estás ahí. Ya sé que soy egoísta y que
intento buscarte en otras historias, siempre comparo a los
demás contigo y siempre sales ganando. Hace tiempo que no es
lo mismo, no somos los que éramos pero siempre nos
seguiremos haciendo daño. Siempre he querido lo que no podía
tener, quizás porque siempre he acabado consiguiendo lo que
he querido, sin embargo, cuando ya lo tengo, ya no lo
quiero. Me gusta lo extraño, lo que no entiendo, quizás lo
que sí que entiendo pero que me da miedo... Si la vida se me
presenta fácil, yo la complico, si es complicada, yo la
complico aún más. En mi vida nunca nada es lo que parece, te
acostumbras a que todo acabe siendo así, si no, me aburro.
No entiendo por qué la gente me quiere tanto. Ven en mí
cosas que realmente no son. Quizás yo sea sólo apariencia,
sólo tú sabes realmente bien quien soy, por eso te quiero, o
más bien te quise. Benditas palabras que nunca te dije, que
creo que nunca seré capaz de decírselas a nadie, lo único
que ha sido siempre verdad es lo que he escrito. Sin letras
no soy nada.
Y como no duermo por las noches y de vez en cuando me canso
de escribir y de pensar hasta el alba, había decidido leerme
algo que tenía que haber leído hace mucho tiempo. No tenía
que haberlo hecho pero hay tantas cosas que no debería hacer
y las he hecho... Ahora tengo un inmenso complejo de
inferioridad que desconocía hasta el momento. Pero bueno,
ahí estás tú, un poco lejos, pero espero que sigas ahí, y
ahora mismo te imagino diciéndome "Moni, eres muy
inteligente, no te comas la cabeza..." y vuelve a salir la
sonrisa de mi boca. Aún así me siento pequeñita,
pequeñita... No debería de rodearme de personas con tanto
talento, al final te autoanalizas y te das cuenta que lo que
tú haces, o intentas hacer, es una puta mierda. Y aunque he
visto a gente emocionarse con algo de lo que yo he escrito y
me afirmen que lo hago muy bien y que siga adelante, creo
que nunca seré capaz de escribir algo personal que me guste.
¡Dios! ¿Por qué seré tan rara? ¿Por qué no puedo ser como
todo el mundo? Todo esto nada más que me trae complicaciones
y ser como yo soy no tiene nada en absoluto de bueno,
pero... me quiero tanto, tanto... que me da pena intentar
cambiar.
Siempre me acuerdo de ti cuando estoy triste. No es que
quiera que el pasado regrese al presente, pero sí que me
gustaría sentirme como antes, cuando me sentía capaz de
comerme el mundo, cuando no dudaba tanto, cuando tenía las
cosas claras y sabía siempre cómo debía actuar. Ahora mismo
ando un poco perdida, no me entiendo ni yo, normal que
vuelva loco a todo el mundo. Quizás tú sí que podrías
ayudarme, tú que me conoces mejor que yo.
Y me quedan cinco horas por lo menos para seguir pensando,
escribiendo o leyendo aquí, sentada en mi cama, con mi
fortuna, mi mechero y mi botella de agua, divagando,
divagando...