Conocemos los orígenes de la inquietud por la poesía pura. Ya el
adjetivo en sí requiere una explicación de lo que se ha de
entender con ese término. La lógica tendría aquí un trabajo
sumamente laborioso. Semánticamente no es posible, de momento,
definir o delimitar la aplicación a la poesía de un calificativo
tan polémico por lo que tiene de restricción de cara al
significado amplio que imponen los muchos idiolectos de
determinados autores y tendencias literarias.
Desde sus padres remotos tales como Baudelaire, Poe o Bradley, y
continuando luego con Valery —con los antecedentes de los
simbolistas, especialmente a Mallarmé—, Juan Ramón Jiménez,
Jorge Guillén y León Felipe, la poesía contaminada de aquello
que se oponga a su pretendida denominación, presenta
dificultades difíciles de sortear. ¿Qué poeta se atreve a
proclamar la pureza de la poesía?
-No podemos olvidarnos de lo que dijo Aristóteles, el gran
pedagogo cultural de Occidente, cuya filosofía fue la
inspiración de la Escolástica creada por Santo Tomás de Aquino:
"La historia cuenta lo que sucedió; la poesía lo que debía
suceder."
En efecto, la poesía nos habla de lo que no podíamos suponer
momentos antes de escribir el poema. Gozamos como de un milagro
con su invasión silenciosa, pero súbita en la ciudadela del
papel, donde había solamente blancura, pequeño desierto de
nieve.
-Dejamos a un lado la Poética de Horacio, en la que da reglas
para escribir poesía, pero no da una definición más allá de sus
sabia estructuras. Pero retengamos su “aut prodere volunt aut
delectare poetae”.
-Voltaire, ilustrado del siglo XVIII, no fue ajeno, a pesar de
su racionalismo, al misterio -o enigma psicológico para los
agnósticos- que entraña la poesía: "Es imposible traducir la
poesía. ¿Acaso se puede traducir la música?" La poesía para él
tiene categoría de música y con ello roza lo inefable. Nuestro
Dámaso Alonso dijo algo muy próximo a su definición.
Pero pasemos a las consideraciones de autores más próximos a
nosotros. Echemos la ojeada a algunas tentativas de definición:
-Preponderancia musical en el lenguaje poético en sus teóricos
originarios: Baudelaire, Poe... (Sobre Baudelaire, más
adelante.)
-Para A. C. Bradley la poesía pura consiste en la perfecta
fusión de fondo y forma. ¿No fue ésta la idea del Renacimiento,
en nuestro caso, ejemplarizado por Garcilaso en el famoso soneto
“En tanto que de rosa y azucena...”?
-Para Henrik Johan Ibsen la belleza es el acuerdo entre el
contenido y la forma, que pudiera ser aquí la poesía. Parece la
misma que la anterior.
-Henri Bremond equipara la poesía a un estado místico. Para
Bremond, el poema que se escribe con tema concreto se compone de
elementos que pueden ser también expresados en prosa, y en
consecuencia la poesía pura, en su abstracción, es inefable,
como sucede en la lírica. Esto me trae a la memoria aquellos
versos de San Juan de la Cruz: “...un no sé qué que quedan
balbuciendo.” El santo poeta también los comenta en prosa con el
mismo signo de recogimiento.
-Pero para Jorge Guillén es confusa ya que equipara el estado
poético con el poema. Jorge Guillén, por su parte, declaraba:
“Poesía pura es lo que permanece en un poema después de haber
eliminado todo aquello que no es poético”.
Tendríamos que poner en claro qué es lo no poético. Cuestión
difícil, más aún si tenemos en las mientes la idea tradicional
de que "poesía es el arte del verso como expresión de la
belleza". En sentido platónico, me imagino.
-El simbolismo optó por una teoría sugestiva y de gran porvenir.
El lenguaje literario podría convertirse en un medio
cognoscitivo para rondar las cercas del misticismo como vallado
del misterio. (El autor de esta exposición se sintió atraído por
esta teoría y se atrevió a indagar en ella, tentativa que el
lector podrá consultar en este mismo blog bajo el título de
Sugerencias para una Poética, artículos ya publicados en ARENA Y
CAL) Podemos evocar a Baudelaire que, abanderando este afán de
búsqueda, creó las inefables “Correspondencias” como puente de
las ocultas afinidades entre el mundo sensible y el espiritual.
La sinestesia era el mecanismo estético más relevante y, por
supuesto, la metáfora también jugaba un rol de primerísimo
orden.
-Realmente no entendemos qué quiere decir Valery cuando dice:
«Todo poema que no tenga la precisión de la prosa no vale nada".
Posiblemente se refiera a la exigencia de evitar las
vacilaciones, las descripciones prolijas y las intuiciones poco
claras en el poema.
-Para Valle-Inclán no hay diferencia esencial “entre verso y
prosa. Todo buen escritor, como todo verdadero poeta, sabrá
encontrar número, ritmo, cuantidad para su estilo. Por eso los
grandes poetas eliminan los vocablos vacíos, las apoyaturas, las
partículas inexpresivas, y se demoran en las nobles palabras,
llenas, plásticas y dilatadas”.Magnífica definición para mí.
Algún día entraremos en pormenores de estas condiciones del gran
poeta gallego y, junto con las de Baudelaire y Dámaso Alonso (Spitzer
incluido), intentaremos exponer una teoría, no una solución,
acerca de lo que podría aventurarse como poesía pura,
naturalmente —y como todo en la vida— discutible.
-Conocemos la definición de Antonio Machado como la palabra
esencial en el tiempo: "Ni mármol duro ni eterno,/ni música ni
pintura,/sino palabra en el tiempo". Pero, ¿podemos tomar esta
divisa como pista para la poesía pura teniendo en cuenta que en
nombre de la palabra desnuda en el tiempo han sido escritos
poemas cuya sed de compromiso social ha generado un lenguaje
próximo al prosaísmo?