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Pentagrama de Letras
Hermanando
por Javier Claure Covarrubias
Hermanando es el título de una antología
poética chileno-boliviana, editada por la editorial “Apostrophes
Ediciones” en Santiago de Chile, en agosto de 2005. Antología
que reúne a 22 poetas de ambos países. Leer esta antología es
como viajar desde La Paz hasta Santiago o desde Santiago hasta
La Paz, en donde realmente existe una hermandad entre la gente
común, poetas, escritores, artistas e intelectuales de
pensamiento progresivo.
En el prólogo del libro escrito por la editorial, mencionada
arriba, se lee:
“Bolivia
y Chile son dos siameses cocidos en la altura y en lo profundo.
Dos naciones nacedoras del mismo parto y el mismo grito. Bolivia
y Chile son hijos de sí mismos indígenas, previos a ellos y sus
nombres. Sus lenguas son otras lenguas todavía olvidadas en el
futuro del pasado, diálogos trasandinizados y marinos”.
El escritor boliviano, César Verduguez, miembro del PEN Club de
Bolivia, también escribe un prólogo e insinúa:
“La antología presente reúne a poetas de dos naciones, de dos
pueblos que tienen mucho en común, principalmente el lenguaje y
el sentimiento de avanzar juntos en pos de un futuro sin
nubarrones ni tormentas. La poesía ha sido un nexo permanente de
unión entre los pueblos. Chile y Bolivia no han sido una
excepción, ese nexo continúa hoy y se proyecta al futuro”.
Para los lectores que conocen la historia de estos dos países
andinos, y para los chilenos y bolivianos en particular, el
título nos hace pensar que es una alusión al conflicto
diplomático y a las tensas relaciones que, casi siempre, han
existido entre Chile y Bolivia a consecuencia de la Guerra del
Pacífico de 1879. Chile y Bolivia tratan de dialogar, se
entienden, pero no se comprenden a la vuelta de la esquina.
Lejos de discursos hipócritas, de políticas retrogradas y
darwinistas, los poetas de esta antología entrelazan las
banderas de Chile y Bolivia para mostrar al mundo entero, que la
poesía va más allá de la política y de las palabras sin ningún
sentido.
Quizá también, los mensajes emitidos por algunos poetas, de esta
antología, son una alusión al pensamiento de Salvador Allende:
"Caminaremos juntos en la gran tarea histórica de América
Latina. Ha llegado la hora de la gran reparación de una
injusticia cometida contra Bolivia. Chile tiene una centenaria
deuda con Bolivia y estamos dispuestos a emprender una solución
histórica. Bolivia retornará soberana a las costas del
Pacífico".
La fusión de legados progresistas en un mundo más justo, implica
una especie de protesta por parte de algunos poetas que forman
parte de este libro.
La poetiza Rosse Marie Caballero (Bolivia), en el poema “El
manifiesto” dice: “Protesto / por la geografía que ha marcado el
destino de los hombres / la sal devora del mar las aguas /
tierra y montaña se yerguen crueles / arena y rocas cubren los
campos. (...) Solicito / plantar una bandera blanca en el mar /
las olas funden la vida y muerte / se abren los cielos
omnipotentes / tiemblan los ángeles frente al Final”.
Luis Arias Manzo (Chile). Representante del Movimiento Literario
Internacional aBrace, en su poema “Un mar para ti, y solo para
ti” escribe: “... Quise llorar / un puñal penetró en mi
conciencia / Y quise berrear / quise ser dueño de ese inmenso
mar / Todo para mí y sólo para mí / todo para ti y sólo para ti
/ Hermano cochabambino / quise tener un mar para ti / para ti y
para mi / Pero, pobre Chile mío / tan lejos de América Latina /
y tan cerca de los Estados Unidos...”
Norma Mayorga (Bolivia) en su poema “Cruzada humanista” dice:
“... De los odios del pasado / ¿Cuán Pacífico es el mar? / fue
la causa de la Guerra/ y el origen de la muerte / Abel y Caín se
enfrentaron / por el huano y el salitre / por un puerto de
riquezas / e intereses de extranjeros / un poderoso pututo / ya
está en el puerto de Iquique / llamado Pachamama a levantar las
banderas. (...) Caupolicán y Atahuallpa / regresan en la marea /
traen nuevas estrategias / para matar la injusticia / la
soberbia y la ambición / bombos, quenas y zampoñas / anuncian la
nueva cruzada / de los países hermanos...”
Marcelo Mallea Hernández (Chile) en el poema “Pintar el mar”
insinúa:
“... El agua convertiremos / en montes líquidos / en sistemas
movedizos / Los barcos en camas subirán / hasta tu mar de papel
/ Para ti el mar que hizo dios / y su llave de alimento, peces
de oro / Trazaremos imborrables y finas hebras / ríos firmes /
al mar atrapar / para ti lo tendremos / Subirán peces a tu cama
/ risas de ballenas / algas enteras recorrerán / tu fantasía
navegante...”
Los mensajes poéticos arriba mencionados, encaran la
singularidad de un hecho que ha causado discordia, entre dos
países, a lo largo del tiempo. Por eso se utiliza un lenguaje
que pregunta a una realidad estancada. A una realidad donde
reina la soberbia, la injusticia y la ambición que tanto daño ha
hecho a los pueblos hermanos. Y la respuesta a esta realidad, no
se deja ver desde hace más de un siglo.
El Muro de Berlín se ha caído hace mucho tiempo. Los países
bálticos son, ahora, independientes. Hoy en día se dan nuevos
cambios en el mundo. Se han creado Organismos Sociales,
precisamente para fortalecer nuestra identidad latinoamericana y
cambiar el rumbo de la historia. Sin embargo, no somos tan
latinoamericanos como se cree.
En este mundo de gran desarrollo tecnológico e inteligencia,
quizá alguien se atreva a plantar una bandera blanca en el mar.
Así las cosas se darían con más naturalidad. Pero: ¿Cuán
Pacífico es el mar?