181. Todo el mundo dice que la vida es una mentira, pero nadie
se quita la máscara con la que lo dice.
182. Los viejos, llenos de afectos y algarabías que entretienen
sus soledades en algunos momentos, se parecen a ese mar que se
distrae en las playas veraniegas, pero, a medida que se adentra,
se siente solitario, e incluso tirita de frío y teme el túmulo
de sombras de la noche.
183. El olvido siempre se lleva los recuerdos menos pesados y se
deja en la sentina de la memoria los que pesan más, y que
también son los que huelen peor.
184. Mientras que el azar no estornuda, nuestra lógica es un
precioso castillo de naipes.
185. El amor verdadero se ve en las ocasiones en que la
enfermedad o el infortunio trastocan el escenario en que aquél
se sabía de memoria su discurso romántico.
186. Tener un cúmulo de experiencias de la vida es tan complejo
como poner en orden los trastos de la tienda de un chamarilero.
187. El eco de nuestra experiencia de la vida en la soledad
puede ser el timbre de alarma que denota nuestra inquietud o la
música agradable que celebra nuestras satisfacciones.
188. La ironía en las palabras pasa de contrabando el explosivo
de su verdadera intención.
189. Prescindir de deseos y soportar los inconvenientes son
condiciones imprescindibles para tener felicidad, y no por mucho
tiempo.
190. Soñar despierto es quedarse dormido sobre el volante de la
experiencia.
191. Quien renuncia a la esperanza prescinde de la escolta de
sus proyectos.
192. Aun siendo nada más que hermanos de leche, la amistad y el
amor viven en la misma morada, que es el corazón, aunque en
habitaciones distintas.
193. Dijo el Dante que el amor mueve el sol y las estrellas,
pero el dinero mueve el barco que hiende las aguas de la
supervivencia y la emulación es el timonel que lo lleva a los
puertos de los más apetitosos botines.
194. La soledad es la más fiel secretaria de lo que somos: ni
refrena las alegrías ni oculta las lágrimas.
195. El amor del hombre y la mujer es la toma de una escena que
nunca acaba al gusto de todos.
196. El amor es la entusiasta expectativa de un viaje a cuyas
estaciones llega, a veces, fatigado el tren y los viajeros
dormidos.
197. La luna es tan romántica para novios primerizos y
navegantes de noches bonancibles como maldita para amantes
clandestinos y ladrones nocturnos.
198. Cuando llegamos a conocer y tutear a la experiencia,
agradecemos haberla conocido tarde, porque nuestras ilusiones y
nuestra endeble alegría sobrevivían precisamente gracias a que
la hemos ignorado.
199. No hay nada más importante en la vida que crear; es como si
uno naciera de sí mismo.
200. Cuando la felicidad de los individuos abre su compuerta,
sale el agua de sus satisfacciones: a más volumen de
generosidad, más jactancia en la entrega; a más favor, más
menosprecio de quien lo recoge.