Quizás esté como al principio, quizás esta noche me sienta
como aquella madrugada de junio en la que empecé con todo
esto. Ni para adelante, ni para atrás. He estado mucho
tiempo sin escribir, quería que cuando volviera a hacerlo
tuviera muchas ganas para así poder darme cuenta que lo que
a mi me gusta es escribir.
A veces reniego de todo esto, yo misma me pongo barreras que
en mi mente son más grandes que un rascacielos pero que el
fondo no son más que estupideces. Sé perfectamente lo que me
pasa, no estoy loca, aunque a veces lo parezca, lo que pasa
es que si no lo digo en alto, si no lo escribo, no existe.
Para mí, lo más bonito, lo más bello, lo más importante de
este mundo son las palabras, más allá de eso no veo nada,
por eso, siempre pienso lo que decía anteriormente, que si
no se transforman las imágenes de la mente en sonidos y no
se pronuncian las ideas, no existen.
Como digo, todo esto es una soberana tontería, los
sentimientos están ahí y no los voy a borrar con no
pronunciarlos. Esta noche estoy triste, por todo y por nada,
siempre empiezo a escribir de nuevo cuando me siento así.
Supongo que sí que es lo mío, es lo único que es capaz de
hacer que me centre en algo y me olvide de todo lo demás.
Ahora mismo me siento en un callejón sin salida, realmente
nunca me he sentido así. Es la primera vez que siento miedo,
miedo a estar siempre así, miedo a no poder continuar con mi
vida, miedo a quedarme estancada, un miedo insufrible, en
general.
Hace mucho tiempo que estoy así, ni siquiera ser cuándo
empezó todo esto, el caso es que los días pasan y nada
cambia. Tampoco es que yo haga mucho por remediarlo, me he
metido yo sola en una dinámica de la que no sé salir. Las
personas que me conocen, que comparten mi vida a diario,
quizás cuando lean esto se extrañen, normalmente aparento
ser la alegría de la huerta, pero esa no soy yo. Yo soy
ahora, cuando estoy sola en mi habitación y no puedo dormir
de tantas vueltas que le doy a mi cabeza.
Si ahora mismo hablara con alguien y me preguntara que qué
tal estoy seguramente que contestaría que bien, como
siempre, nunca diría la verdad, que estoy jodidamente
deprimida y que no sé salir de aquí. Supongo que con el
tiempo lo veré todo de manera distinta, supongo que de todo
se sale pero a veces siento que me faltan las fuerzas para
continuar así.
También pienso a veces que la vida es cuestión de rachas, no
lo dudo, en mi caso cada día, cada minuto, cada segundo,
pienso una cosa distinta. Con un poco de suerte a lo mejor
mañana me levanto feliz, encienda el ordenador, lea todo
esto y me eche a reír. Será lo más probable, digo yo... Hay
ciertas cosas que no puedo decir aquí, aunque parezca que no
me guardo nada, realmente lo escondo todo.
Lo único bueno de todo esto es que, a pesar de todo, soy una
tía inteligente y sé perfectamente lo que tengo que hacer
para salir de donde estoy. No lo he querido hacer antes
porque me daba pena o pereza, es una de las dos cosas, eso
seguro. El caso es que a veces me cuesta mirar hacia
adelante sin echar una ojeada hacia atrás. Pero creo que
tengo que hacerlo, está claro, que aquí, la importante soy
yo y que la vida, como dice Juanes, es un ratico.